Funcionarios del gobierno en La Habana continuaron dándose el llamado «baño de pueblo».
Interesados en que los cubanos no se alboroten, mientras su gobernante mayor critica el gusto musical del presidente de Uruguay en la Cumbre de la CELAC en México, diversas autoridades de la capital, funcionarios y cuadros del Partido Comunista visitaron este sábado los barrios El Palenque, en el municipio de La Lisa, y La Corbata, en Playa.
Allí conversaron con sus pobladores para hacerles saber que están muy interesados en que ninguno de ellos vuelva a salir a la calle a protestar, aunque claro eso no fue lo que les dijeron.
Les intentaron explicar que el gobierno sigue de cerca sus casos, y que ha decidido -después del 11J- dar fin a la agonía en que viven algunos desde hace ya más de 20 años. Tal vez hasta más.
El reporte gubernamental de la visita, encabezada por Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital, y Reinaldo García Zapata, gobernador de La Habana, junto con Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, incluye la transformación de un vertedero en un parque; la reparación de un Consultorio del Médico de la Familia y algún que otro inmueble.
Una escuela secundaria, un supermercado… el listado de obras a transformar es amplio y variado. En total, se han inventariado 50 obras. A 12 de ellas ya se le dio solución, mientras que en otras 23 aún se trabaja.
Sin embargo, la parte que más le importa a sus pobladores es la de sus viviendas. Medios oficialistas aseguran que se legalizaron 55 de ellas, mientras hay 74 casos pendientes.
23 viviendas no cumplieron con los requisitos para ser legalizadas, pero a todos los núcleos se les entregó libretas de abastecimiento.
Reparando edificios
Muy probablemente, los habitantes de esas 23 viviendas que no cumplieron con los requisitos para su lagalización irán a vivir a uno de los edificios que se reparan en la zona.
Parece un «sueño», pero es una pesadilla. La edificación, de apenas tres plantas y 12 apartamentos, había comenzado a construirse en el año ¡1987!
34 años después, allí en El Palenque, al parecer, se terminará el edificio.
El barrio La Corbata, en el municipio Playa, es otro de esos barrios marginales de La Habana donde actualmente existe una población «flotante», asentada allí sin legalidad alguna, y que poco a poco fue creciendo hasta casi convertirse en un núcleo urbano.
¿O lo es? En total hay 532 viviendas, de ellas 287 legalizadas, 132 en trámite, y 118 pendientes de legalizar por diferentes causas.
Allí se aparecieron como parte del «plan nacional» de visitar los 62 barrios marginales o zonas deprimidas censados de La Habana, Torres Iríbar y García Zapata, junto con el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda.
En total existen en la isla, según cálculos, 302 barrios empobrecidos. Hacia todos ellos, a sus ocupantes, el gobierno de Cuba ha desarrollado una estrategia que simula, luego de décadas de abandono, interés por el mejoramiento del sistema de vida de sus habitantes.
Ello implica, aunque Miguel Díaz-Canel no lo diga, que hasta el pasado 11 de julio todos esos habitantes vivieron no solo al margen de la ley, sino además olvidados por el gobierno. Un verdadero ejercicio de civismo indicaría que se deberían resarcir los daños y de algún modo,dar a entender que se repararían no solo las viviendas y los edificios, sino más que eso.
Los pobladores de esos lugares estarían muy contentos de saber que «fulano de tal» y «mengano», junto a «sutanejo» y «esperancejo», fueron sancionados por haber tenido en el abandono a tantos miles de cubanos durante tanto tiempo. Serían los tradicionales «chivos expiatorios» de siempre, los corderos sacrificables de la manada; es verdad, pero hay que ponerle nombre a quienes durante tantos años negaron subsidios para reparar o construir viviendas; a quienes les negaron inscribirse en el Registro de Consumidores para acceder a la canasta básica normada y contratar el servicio de gas licuado.
Si ahora pudo hacerse, antes se podía.
¿Tenía que haber ocurrido un 11J? Parece que sí.
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