El cubano Néstor Fernández, que sufrió un derrame cerebral el pasado 19 de marzo en Estados Unidos, podría ser deportado a la isla porque el hospital en el que se encuentra ingresado no puede seguir corriendo con los gastos de su atención médica.
Que se lo lleven a su casa o la repatriación son las opciones que el hospital Penrose, en Colorado, le ha ofrecido a la familia del cubano, de 49 años, porque, en el momento en que sufrió el accidente neurológico, carecía de papeles y de seguro médico en el país.
“Me dijeron que lo podía llevar para mi casa o que ellos podían tramitar la deportación”, explicó Daineris Fernández, hermana de Néstor, que es quien lo está cuidando, al hablar de que la institución se ofreció a hacer las gestiones necesarias para llevar a su hermano a un centro de salud en Cuba.
Según explicó el periodista de Univisión, Javier Díaz, Daineris tampoco cuenta con los recursos necesarios para asumir los gastos médicos de su hermano, que ahora mismo requiere atención médica permanente porque está en estado vegetativo, ya que apenas lleva cuatro meses en Estados Unidos.
La joven ha pedido ayuda, tanto económica como legal, para enfrentar esta dura situación porque solo trasladar a su hermano desde Colorado hasta la ciudad de Miami le costaría ahora mismo poco más de siete mil dólares.
Néstor, residente en Colorado Springs, llegó a suelo estadounidense en una lancha en mayo de 2023, pero entonces no se reportó ante las autoridades de Inmigración.
Como hasta enero de este año no comenzó a gestionar su documentación, cuando sufrió el grave derrame el cubano no tenía todavía ni su número de seguro social, ni su permiso de trabajo ni Medicaid.
El inmigrante estuvo casi 25 días en coma tras atravesar el incidente que afectó el lado izquierdo de su cerebro, por lo que necesitará hacer terapia de rehabilitación.
Su familia busca desesperada la manera de que sea tratado en Estados Unidos porque llevarlo de vuelta a Cuba sería lo peor para Néstor, dada su delicada condición física y la colosal crisis que enfrenta la isla.
