En un giro irónico del destino, la propia UPEC, que alguna vez fue un bastión de la propaganda oficial, ahora se enfrenta al dilema de cómo abordar una verdad incómoda: el periodismo oficial, al igual que el resto de la sociedad cubana, se encuentra en una encrucijada sin fácil salida.
En una isla donde “resistencia creativa” se ha convertido en el mantra oficial para justificar la escasez, mientras el pueblo cubano común y corriente seguirá en la penumbra, viendo cómo los buchitos de luz que quedan iluminan solo a unos pocos privilegiados, en la fiesta de Sandro caben todos, siempre que sean “gente bonita”, sin otra preocupación que no sea enajenarse.
“Las autoridades de la aviación cubana han cancelado los NOTAM (avisos) emitidos anteriormente sobre la escasez de combustible para aviones para todas las aerolíneas sin excepción en los aeropuertos cubanos del 1 al 8 de diciembre", decía la nota.
La joven habanera Ayumi Leiva luego de convertirse en el primer exponente del judo cubano en darle a España un título europeo, espera repetir otra gran faena desde hoy en el campeonato nacional absoluto ibérico con sede en Islas Canarias, el primero del nuevo ciclo olímpico que finalizaría en Los Ángeles en 2028.
Este tipo de eventos reflejan el abismo entre la élite cubana y el pueblo que dice representar. Sandro Castro, con sus fiestas y su vida de opulencia, se ha convertido en un símbolo de la desconexión y la hipocresía del régimen. Mientras el gobierno sigue pidiendo ayuda internacional y culpando al embargo por la crisis, sus herederos celebran en grande sin ningún remordimiento.
Mientras el gobierno insiste en un discurso de "oxigenación", la realidad es que la población enfrenta una asfixia económica que solo puede resolverse con reformas profundas y un cambio en las prioridades del país.
Las autoridades cubanas han informado de la no disponibilidad de combustible en los aeropuertos de la Isla a partir de este domingo 1 de diciembre por lo que el programa de diferentes aerolíneas será alterado.
La creación de esta brigada de inspectores representa un retroceso significativo en materia de libertades en Cuba. Lejos de fomentar un ambiente de diálogo y apertura, el régimen opta por reforzar su maquinaria de censura, limitando aún más la libertad de expresión y el acceso a información independiente.