En un contexto de desorden tecnológico global que afectó múltiples aeropuertos y empresas, el gobierno de Estados Unidos pareció escapar al problema informático, y aunque tronó y relampagueó, procedió a la deportación de 54 migrantes cubanos a la isla ayer jueves.
Este grupo de 54 migrantes cubanos, compuesto por 40 hombres y 14 mujeres, fue repatriado por vía aérea y aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana el 18 de julio, provenientes en un avión que parecía burlarse no tanto de las inclemencias del tiempo, sino de las generadas por las tormentas de Microsoft.
El Ministerio del Interior de Cuba, en su escueta nota republicada por el portal oficialista Cubasí, dijo que la mayoría de estos migrantes habían salido legalmente de Cuba, pero posteriormente se unieron a rutas irregulares que los llevaron a la frontera estadounidense. De los 54 migrantes cubanos deportados, seis habían salido ilegalmente de la isla y dos enfrentan cargos por presuntos delitos graves.
Este evento es parte de una serie de deportaciones que se han llevado a cabo este año, sumando un total de 823 personas devueltas a Cuba desde distintos países de la región.
El MININT dijo además que estas acciones de repatriación forman parte de los esfuerzos continuos entre Cuba y Estados Unidos para enfrentar la migración irregular y los delitos asociados a ella. Según el Ministerio del Interior (MININT), estas deportaciones son cruciales para mantener el orden y la legalidad en cuanto a los movimientos migratorios entre los dos países.
El vuelo tuvo lugar horas antes de que importantes fallos en el sistema de Microsoft Azure impactaran servicios clave como las reservas de vuelo y los sistemas de check-in, lo que provocó cancelaciones y retrasos en aerolíneas estadounidenses como Frontier Airlines.
Las imágenes de aeropuertos con alta congestión y viajeros frustrados evidenciaron la gravedad del fallo tecnológico que, sin embargo, no impidió la ejecución de las políticas migratorias de Estados Unidos; o al menos no de este vuelo que terminó en La Habana con los sueños de esos 54 cubanos.
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