Más del 40% de los camiones para recoger basura en La Habana están fuera de servicio, según informó el periódico oficialista Granma.
De acuerdo con la Dirección Provincial de Servicios Comunales, en los últimos meses se acumulan 30.108 metros cúbicos diarios de basura en la capital, con más de dos millones de habitantes, pero la disponibilidad técnica de equipos para recoger desechos es del 57%.
En 2023, apuntó Granma, La Habana generaba 23.814 metros cúbicos por día, de los cuales el 69% provenía de los servicios y desechos domiciliarios.
Hasta mediados del año pasado, la ciudad contaba con 100 camiones colectores, 40 de volteo, 25 minicargadores, 50 podadoras de motor dirigidas, 25 motosierras y 15 camionetas donadas por Japón entre 2018 y 2019.
Desde entonces, “la fuerza más importante, los camiones de marca Hino fabricados en la nación asiática, empezaron a presentar averías en partes, piezas y agregados, sin posibilidades de encontrar soluciones ágiles”, indicó Granma.
La empresa suministradora se habría marchado de Cuba “debido al bloqueo” y “ahora le resulta imposible vender directa o indirectamente los insumos para su reparación”.
En cualquier caso, la realidad más preocupante la presentan los cargadores frontales para macrovertederos, con solo la tercera parte utilizable, seguidos por los tractores (45%) y los camiones de volteo (51%).
Para enmendar esta problemática, en medio de la crisis sanitaria saque vive el papis, Comunales a Dirección recurre a alternativas “innovadoras” para hacer cajas ampirol y contenedores plásticos; y, «en última instancia», recurre a financiamientos centrales que le otorga el Gobierno.
Al mismo tiempo, las autoridades de salud han reconocido la relación entre el incremento de la basura y el incremento de enfermedades en el verano, como vómitos y diarreas causados por moscas; la leptospira asociada a los ratones; y el dengue, el zika, el chikungunya y el Oropouche, ocasionados por mosquitos.
En palabras del director provincial de Comunales, Onelio de Jesús Ojeda, las lomas de basura tienen que ver también con “la indisciplina creciente de la ciudadanía”, que “amontona” cajas de pollo cerca de negocios no estatales, o incumple los horarios para botar la basura, que es de seis de la tarde a diez de la noche.
Asimismo, hay quienes lanzan la basura desde balcones o en la calle, pese a haber contenedores vacíos cerca, para ahorrarse caminar dos o tres metros; y vierten “escombros, maderas, metales u otros objetos inapropiados”.
La insuficiencia de fuerza de trabajo por “razones como los bajos salarios y la competencia de otras ofertas laborales” es otro punto que afecta la recogida de basura.
Por ende, el Gobierno ha empezado a permitir la partipación del sector no estatal “como gestor de los residuos”, para propiciar “el desarrollo de la cadena productiva de la basura”, y valora contratar a trabajadores por cuenta propia para el barrido de las calles.