En todo caso, lo que diremos aquí no es una crítica hacia la veterana periodista Julita Osendi, si no un reclamo a la libertad de expresión en Cuba.
La «defensa» quedó bien matizada como crítica a Reinier, por abrir la boca. La cuestión no es lo que dijo, sino quién lo sancionó por lo que dijo. A ese, es al que hay que «aconsejar», no a Reinier, Julita.
Julita Osendi acudió a las redes sociales, sabe Dios si desde Miami o de Cape Coral donde reside, para aconsejar a su (ex) colega Renier González por la polémica del audio filtrado en el que al pequeño gigante de la narración cubana se le escucha arremeter contra todos y todo, que incluye a los peloteros de Cienfuegos, a los aficionados amantes de la pelota en Cienfuegos, árbitros, mánagers y el copón divino (entiéndase el béisbol en la isla)
A estas alturas todo el mundo debe saber de lo que se está hablando aquí y a lo que se refería nuestra querida Julita.
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En declaraciones, Julita abordó la medida tomada por el ICRT con relación a Reinier. Esto es, de manera inmediata, excluirlo del programa de televisión Bola Viva que se emitió el pasado miércoles.
Julita Osendi, con ese mantra maternal que tiene, la experiencia, los años y el olfato de haber lidiado con cuanto botaperro ha tenido el ICRT de dirigente – y más allá – le aconsejó con mucho cariño a Reinier muchas cosas. Entre ellas que se cuidara la lengüita, que no hablara más allá de lo aconsejable…
«(…) habla con la pared, no confíes en nadie. Porque ese que te mandó el video ni te quiere a ti, ni a nadie en el grupo…», señaló, a la vez que le deseó «lo mejor». Lo llamó además «un gran profesional», pero validó la sanción.
Según dijo, Reinier tiene ese caracter franco y abierto, «muy abierto para mi gusto», y dijo que «se equivocó», y acto seguido arremetió contra la persona que filtró el audio de marras.
«Es una persona muy sucia», agregó.
En este punto, coincidimos con Julita Osendi en que las declaraciones de Reinier fueron en un círculo cerrado, y que filtrar un audio que tal vez fue dicho entre amigos, a sabiendas de la desgracia que vendría detrás, no es una actitud muy diáfana que digamos. Pero…
La veterana periodista considera que «no todas las opiniones se pueden decir, o por ética, o por respeto, o porque se sabe que no pueden revelarse», y en esto punto se equivoca Julita, que al parecer – ¿tal vez no lo dijo? – todavía tiene la mente en Cuba, y no en Estados Unidos, donde existe además una primera Enmienda en la Constitución que ampara el derecho de la libre expresión.
Peor aún le fue al decir lo siguiente:
«Yo prefiero que lo saquen de Bola Viva un tiempo, pero que no le quiten de los Juegos Olímpicos. Porque es un hecho cierto que la vida en los Juegos Olímpicos es Renier González. Y no creo que hasta allá llegue el castiguito», porque entonces Julita, valida la sanción a su (ex) colega. Se pone de parte del victimario, aun y cuando ella «solo diga» que «prefiere».
Pero, vayamos al otro punto, que no abordó Julita Osendi, aunque no hacerlo signifique un error suyo. Una omisión, sí.
¿Dónde trabaja Reinier? En el edificio del ICRT. Sí, allí, en esa olla de grillos.
Ahí, en el ICRT, en pleno Noticiero Nacional de Televisión, minutos después en Razones de Cuba, han filtrado chats privados, conversaciones telefónicas, expuestos rostros, de menores incluso, y ni ella, ni Reinier, ni el ahora dolido Modesto Agüero se han molestado en señalar viva voce, lo cual nos deja algunas enseñanzas y entre ellas esta: el ICRT no tiene moral para sancionar a nadie por algo que dijo o se filtró.
Tal vez porque Reinier dijo lo que todo el mundo sabe y conoce pero pocos se atreven a decir, es que muchos cubanos en las redes sociales lo están apoyando; porque además, como Julita, lo consideran un profesional serio y con gran conocimiento del deporte.
Tal vez por eso, y porque estamos en época tecnológica donde incluso te clonan la voz y la cara, es que circula el rumor, dijo ya Yasel Porto en su página en Facebook DPorto Sports LLC, que el audio filtrado es falso, y que incluso e está manejando en ciertos niveles del ICRT y la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba)», que el audio de marras es fake.
Probablemente no lo sea, o es casi seguro que no lo sea, pero en todo caso la decisión del ICRT de que no grabara el programa Bola Viva «como parte de la decisión de mantenerlo fuera del aire por varios días», o por «lo candente que ha estado todo con el tema del polémico audio que se filtró con su voz», demuestra los niveles de censura que se viven en el estado totalitario en que vive Reinier González y del que escaparon Julita Osendi y Modesto Agüero.
Demuestra por demás que, en materia de televisión, ranking, audiencias, etc y etc. en el ICRT están más perdidos que una col en un campo de lechuga. La lógica indica que la presencia de Reinier González en el programa del pasado miércoles debió explotarse. Debió permitírsele al locutor que defendiese sus argumentos, tal vez con un lenguaje menos pasional o profesional o simplemente desmentirlo. Incluso decir el nombre de la persona que él cree que filtró el audio; pero a esta fase social al parecer no han llegado ni el ICRT, ni Julita que tampoco lo dijo.
En todo caso esta no es una crítica hacia la veterana periodista, si no un reclamo a la libertad de expresión en Cuba.
