El millonario cubano Carlos Guillermo Alonso fue el responsable del accidente que tuvo lugar el sábado pasado en la Bahía de Biscayne, en Miami, en el que murió Ella Adler, de 15 años, que practicaba esquí acuático.
Alonso, de 78 años y radicado en Estados Unidos desde los 60 gracias a la Operación Pedro Pan, fue identificado como el piloto de la lancha que golpeó a la adolescente, estudiante de primer año de Ransom Everglades, en Coconut Grove, y se dio a la fuga.
Según reportó el Miami Herald, Alonso dirige Technical Systems & Equipment Corp., una compañía especializada en sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado que fundó en 1979 y que cuenta con oficinas en Doral y Palm Beach Gardens.
El empresario y su esposa son propietarios de una enorme mansión en Hammock Oaks, una exclusiva comunidad cerrada con escuelas y lagos privados en Coral Gables.
En dicha vivienda, valorada entre 3,5 y 4 millones de dólares, fue encontrado el barco Boston Whaler, de 42 pies, con el que golpeó a la chica y el cual fue incautado por la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC).
A tenor con lo que informó la FWC, el cubano era la única persona a bordo de la embarcación al momento del accidente y no se detuvo después del mismo.
La víctima, que era nieta de Michael Adler, embajador de Estados Unidos en Bélgica, se cayó de su tabla de wakeboard a una milla de la cost, mientras estaba con varios amigos celebrando un cumpleaños.
El oficial George Reynaud dijo a ABC que la joven, que murió a causa de sus heridas, “estaba esperando ser recuperada por su bote, usando un chaleco salvavidas y su tabla de wakeboard aún sujeta, cuando otro barco la chocó”.
La abogada de Alonso, Lauren Field Krasnoff, aseguró a NBC Miami que su cliente está devastado y que no supo lo que pasó hasta que las autoridades se presentaron en su casa.
“No sabemos en este momento si Carlos o su bote estuvieron involucrados en el accidente. Si su bote estuvo involucrado, les puedo decir que él no tenía ni idea de lo que pasó ese día”, apuntó.
“Atracó su barco a plena vista y, lo más importante, ha cooperado con las autoridades y con cualquiera que haya necesitado investigar lo que ocurrió en el agua ese día”, añadió.
De acuerdo con Krasnoff, Alonso es un “navegador con mucha experiencia que conoce estas aguas”, que en 50 años nunca ha incurrido en ningún delito. “No bebe y no bebía ese sábado”, acotó.
Tras conocerse la muerte de la adolescente, se ofreció una recompensa de hasta 20 mil dólares por información del bote o de su dueño.
