Cuba está atravesando una crisis considerable en cuanto a la disponibilidad de medicamentos e insumos en los hospitales. Una serie de factores, incluyendo la crisis económica y financiera, el recrudecimiento del embargo del gobierno estadounidense, la emigración de profesionales de la salud y los impactos de la pandemia de COVID-19, han contribuido a la escasez de medicamentos y la necesidad de acudir al mercado informal para obtener muchos de ellos. Los suministros de varios medicamentos comunes, incluyendo antihipertensivos, diuréticos, antibióticos, ansiolíticos, antisicóticos, antihistamínicos e inyectables, han estado ausentes o han sido escasos en las farmacias cubanas, destaca en una nota el portal Havana Times.
El medio asegura que la crisis económica de tres décadas ha afectado la infraestructura y la calidad de los servicios de hospitales y policlínicas. La pandemia de COVID-19 ha dado un golpe adicional a las industrias nacionales, incluyendo las que producen medicamentos e insumos médicos.
La escasez de medicamentos durante la pandemia fue uno de los detonantes de las protestas sociales en más de 40 ciudades cubanas en julio de 2021.
A pesar de la crisis, Cuba ha demostrado capacidad en el desarrollo de su industria biotecnológica. El Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba (BioCubaFarma) produce el 61% de los 849 medicamentos del cuadro básico del Sistema Nacional de Salud cubano.
Sin embargo, la disponibilidad tanto de los medicamentos de producción nacional como los importados «continúa siendo muy compleja», y «no se logra satisfacer todas las necesidades», según la directora de Operaciones y Tecnología de BioCubaFarma, recoge la mencionada fuente.
La posibilidad de importar medicamentos ha llevado a que muchos de ellos se comercialicen en la economía sumergida a precios elevados, en un país donde el salario medio equivale a 23 dólares y las pensiones mínimas no superan los nueve dólares. Si bien es cierto que la escasez de suministros médicos y medicamentos ha sido un problema persistente en Cuba, la situación se ha deteriorado en los últimos años.
Todo ello genera importantes desafíos para su sistema de salud.
El rápido envejecimiento de la población del país ha llevado a una mayor demanda de servicios de salud y medicamentos.
La escasez de recursos, incluidos los materiales fungibles básicos y los suministros médicos esenciales, se ha traducido en una escasez de medicamentos y una disminución de la calidad de los servicios de atención de la salud.
Sobre esto apunta una nota de Oncuba Magazine, que señala además como la falta de financiamiento se identifica como la principal causa del déficit, ya que el país lucha con ingresos limitados de divisas.
OC, reconoce que el sector de la salud depende de sus propios ingresos y del presupuesto estatal para su financiación, pero estas fuentes son insuficientes para satisfacer la demanda de medicamentos e insumos médicos.
Sobre el tema de la importación se señala que la escasez de materias primas para la producción de medicamentos es un factor importante que contribuye a la escasez de medicamentos.
Cuba importa estos materiales, pero la falta de financiamiento oportuno y las dificultades en el pago a los proveedores han dificultado la adquisición de materias primas, señala la nota.
El impacto de la crisis lo siente la población, especialmente aquellos que necesitan medicamentos e intervenciones médicas esenciales. Los pacientes están experimentando retrasos en recibir las cirugías necesarias, como reemplazos de cadera, con tiempos de espera de hasta seis meses o más.
Para mitigar la crisis, el gobierno cubano anunció recientemente una extensión de las importaciones no comerciales, lo que permite a las personas ingresar medicamentos, alimentos y productos de limpieza sin límites ni aranceles aduaneros.
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Si bien esta medida brinda cierto alivio temporal, no aborda los problemas subyacentes que causan la escasez de recursos.
Es justo señalar que esta «extensión de las importaciones no comerciales, lo que permite a las personas ingresar medicamentos, alimentos y productos de limpieza sin límites ni aranceles aduaneros», se logró luego de que un grupo numeroso de personas se movilizaran a través de las redes sociales bajo la etiqueta #SOSCuba, para darle a conocer al mundo entero que el pueblo cubano se moría lentamente y sin recursos en hospitales y farmacias, para enfrentar la pandemia de la COVID-19.
Hasta ese momento, que coincidió con la llegada a la isla de la variante DELTA de la COVID-19, el gobierno y estado cubanos, junto con medios oficiales de comunicación, y periodistas plegados a los intereses de la ideología del PCC intentaban hacerle creer al mundo que Cuba era capaz de enfrentar SOLA, la pandemia de la COVID-19.
Los hechos demostraron que no era posible; los hechos actuales confirman el gravísimo estado en que ha quedado el Sistema de Salud cubano.
