El insólito caso del cuerpo de Faraj Allah Jarjour, un canadiense de Laval, Quebec, que falleció en Varadero, Cuba, el 22 de marzo, ha dado un giro sorprendente cuando su cuerpo fue finalmente localizado en Rusia, según informó TVA Nouvelles. El cuerpo, que incluso había sido sepultado tras unos funerales en Rusia, se encontró tras una serie de errores que conmocionaron a ambas familias involucradas.
Resulta cuando menos interesante el hecho de que en el día de ayer, al abordarse el asunto, se planteó como hipótesis de que efectivamente el cuerpo del ciudadano canadiense hubiese sido llevado a Rusia y que incluso, se hubiese enterrado.
Era la más tenebrosa de las hipótesis; la más rocambolesca de todas e increíblemente resultó ser cierta.
En un texto titulado ¿Dónde está el cuerpo del ciudadano canadiense fallecido en Cuba? expresábamos que era posible que un ciudadano ruso hubiese fallecido en la isla y que se hubieran intercambiado los cuerpos. Que incluso «hubiese llegado el cadáver equivocado a Rusia» (y) los familiares por alguna creencia hubiesen velado el cuerpo con la tapa puesta en el ataúd y lo hubiesen enterrado creyendo que era «Anatoli», cuando en realidad se trataba del canadiense Jarjour.»
«Anatoli» o «Dimitri»,… sucedió tal cual. El cuerpo de Jarjour llegó a Rusia, ningún «familiar» quiso darle una última mirada y fue enterrado el cuerpo equivocado.
La familia Jarjour, al darse cuenta del error, se encontró en una situación de desconcierto y desesperación.
«Al menos sabemos dónde está, no ha sido fácil para nosotros… Hasta ahora, estaba perdida, buscando el cadáver de mi padre», confesó Miriam Jarjour, hija de Faraj, en una entrevista con TVA Nouvelles. Este hallazgo ha traído un pequeño alivio entre los dolientes, aunque aún persisten incertidumbres sobre cuándo será repatriado el cuerpo.
La historia del canadiense fallecido en Cuba. Hasta la diplomacia cubana está avergonzada
La saga comenzó cuando la familia de Jarjour, desesperada por cerrar este doloroso capítulo, pagó 10,000 dólares para repatriar el cuerpo desde Cuba.
Sin embargo, en lugar del cuerpo de Jarjour, fue enviado al Québec el cadáver de un ciudadano ruso, considerablemente más joven. Este error pasó inadvertido hasta que se realizaron más indagaciones debido a la presión de la familia que esperaba respuestas.
El gobierno de Cuba, al reconocer su error, ha ofrecido disculpas a la familia afectada y ha reembolsado los 10,000 dólares que habían sido gastados en el intento fallido de repatriación.
La historia de la pérdida y el hallazgo del cuerpo de Jarjour subraya la complejidad y la sensibilidad requeridas en el proceso de repatriación de restos. Por ahora, la familia Jarjour espera ansiosamente la llegada del cuerpo de Faraj para darle el adiós que merece, en la tierra que llamaba hogar.
