Díaz-Canel reconoce el colapso del sistema de salud

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Finalmente, luego de decir hace tan solo unos días que estaban «al límite de las capacidades», el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel ha reconocido que la pandemia los ha «sobrepasado», lo cual confirma el colapso del sistema de salud cubano frente a una enfermedad que también ha desbordado a países con una capacidad de respuesta mucho mayor, más recursos, y mejor infraestructura que la del sistema de salud de la isla.

Lo que hasta ayer o hasta hace muy poco tiempo -pensemos, por ejemplo, en que países como España, EE.UU., Italia, Alemania también estuvieron al límite- fue visto como una «fortaleza», de pronto se descubrió que no era tal.

Imperdonable es que en la isla, no pocos acólitos del sistema hasta se jactaban de que Cuba no estaba «al nivel» de esos otros países, en cuanto a infectados y fallecidos, pero tal parece que era cuestión de tiempo que las aguas cogieran su nivel. Una frase dicha no en tono de venganza, nada más alejado de la realidad; sino teniendo en cuenta las realidades objetivas; valoradas todas esas imágenes de cubanos encimados unos sobre otros en las colas; si consideramos además el hecho indiscutible de que el agotamiento pandémico existe y de recursos de todo tipo, y por si fuera poco, el triunfalismo con relación al presunto poderío de un par de vacunas; miles de cubanos se fueron tras la propaganda oficial y se consideraron casi «invencibles» si lograban ser vacunados con la Abdala o la Soberana 02.

Cero medicinas; escasez de oxígeno… el panorama en los hospitales cubanos es ese y no otro; sin medicinas para enfrentar la COVID-19; sin oxígeno para suministrarle a los pacientes, la realidad no puede ser otra que esta. Lamentablemente.

Finalmente también un medio oficialista de alcance nacional -aunque digital- Cubadebate, reconoce el colapso y se hace eco de las palabras dichas por el mandatario cubano. Vergonzosamente Cubadebate, junto a los medios impresos de carácter nacional andaban a la zaga de la información veraz con relación al virus y sus efectos en la población. Apenas un medio como el diario Invasor desde Ciego de Ávila parecía sacar la cara por el periodismo nacional exponiendo, no sin reservas y con algunas censuras, la situación con relación a la falta de camas en los hospitales; a la falta de medicinas, también; y luego, peor: la venta de las camas en los hospitales, y el robo y venta de medicinas.

Sobre lo segundo, hablaba Díaz-Canel cuando, en días pasados, decía que el país estaba al límite.

Hace dos días, Cubadebate señalaba que ese mismo Díaz-Canel que negaba hace un mes que Cuba estuviese al borde de un colapso sanitario similar al que han vivido otros países, mucho más desarrollados, ha reconocido lo evidente: el sistema cubano de salud está sobrepasado con la pandemia del coronavirus.

«La situación actual de la epidemia ha sobrepasado las capacidades del sistema de Salud, tensionando el trabajo de todo su personal, de todos los organismos que están apoyando en el enfrentamiento a la pandemia, y también porque existe un mayor consumo de medicamentos y oxígeno», admitió Díaz-Canel el pasado miércoles, y dijo que «se necesita más exigencia hacia nuestras instituciones sanitarias, más rigor en el trabajo, pero también más comprensión de la población, porque entre todos tenemos que contribuir a que nos protejamos y a que protejamos a los demás».

Hace apenas tres días, Díaz-Canel orientó no creer en reportes de agencias como Reuters, ni en trabajos periodísticos aparecidos en The New York Times, que como bien señala la colega Tania Costa en el portal Cibercuba, aseguraban que la isla se encontraba «entre los países con más contagios y mortalidad por COVID del mundo».

Los cubanos, al menos esos que husmean en las redes sociales y en internet casi todos los días, o todos, ya conocen esta «renuncia» a reconocer lo evidente. Las autoridades cubanas primero negaron una cepa «mortífera» en Matanzas, para luego reconocer la presencia allí, ya, de la variante delta del covid y luego, de todas sus variantes.

Luego negaron el colapso del sistema de salud en esa misma provincia, aunque las denuncias y gritos, sí, gritos, en las redes sociales, de gente que vive allí, activistas, personal de salud, y en sentido general de familiares de las personas enfermas, dijeran otra cosa.

El manejo del lenguaje entre el oficialismo cubano y entre sus dirigentes es tan cuidadoso, que aunque Matanzas estaba colapsada ya desde finales del mes de junio, el día 8 de julio Díaz-Canel dijo que la situación allí era «compleja». «Crítica» o «insostenible» hubiesen sido términos mucho más adecuados, pero Díaz-Canel reseñaba que se rozaba el límite de las capacidades dispuestas en la provincia, e incluso estableció la «tesis» de que Cuba tuviese que enfrentar «lo que otros países han tenido que sufrir como parte del comportamiento de la pandemia».

Ahora, al parecer, el momento de reconocer lo evidente ha llegado.

Si sumamos todas las denuncias vistas -con imágenes y videos que las acompañen- y descontando los sendos trabajos críticos sobre la situación de la COVID en el territorio avileño, ¿qué tenemos? Una morgue desbordada en Guantánamo y otra en Manzanillo; enterramientos en fosas comunes en Santiago de Cuba; carros y camionetas de ETECSA y comercio, trasladando cadáveres hacia cementerios en otros municipios; personas fallecidas en hospitales, como el de Sagua la Grande, sin recibir asistencia médica; un cadáver extraviado tres días en un hospital de Cienfuegos; y por si fuera poco, consultas al aire libre en Holguín; provincia donde además se habilitó la terminal Interprovincial como hospital de emergencia y donde, en lo que sin dudas demuestra el colapso del sistema de salud, han habilitado carretones tirados por caballos, como si fuesen ambulancias.

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