Estos movimientos estratégicos de Rusia reflejan una postura desafiante en el panorama geopolítico actual y complicarían aún más a Cuba de cara a la comunidad internacional.
El presidente ruso, Vladímir Putin, está evaluando la posibilidad de transferir misiles de crucero a Cuba y Venezuela, una acción que podría intensificar significativamente las tensiones internacionales. Esta información fue revelada por Víctor Baranets, un coronel retirado del Ejército ruso y vocero del Kremlin, durante una entrevista con el medio ruso PToday.
Según Baranets, la decisión de Putin de considerar este despliegue se debe a la creciente tensión entre Rusia y Estados Unidos, especialmente en relación con el apoyo estadounidense a Ucrania.
«Los misiles tendrían un alcance de hasta 2.500 kilómetros, capaces de apuntar a instalaciones importantes en suelo estadounidense en situaciones de emergencia», señaló Baranets en la entrevista.
Además de los misiles, se contempla la posibilidad de enviar submarinos equipados con misiles de crucero Kalibr a la región, así como la transferencia de aeronaves tácticas de largo alcance y la instalación de sistemas avanzados de defensa.
Baranets también mencionó que se podrían realizar ejercicios militares a gran escala en Cuba, superando en magnitud a los llevados a cabo por la OTAN en el Mar Negro.
Estas medidas serían una alternativa al despliegue de bases militares rusas en Cuba y Venezuela, descartado anteriormente debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos a estos países aliados.
La presencia de figuras militares rusas en Cuba y la preocupación sobre el reclutamiento de cubanos como mercenarios para las fuerzas armadas rusas también han sido observadas recientemente.
La posibilidad de la presencia de armamento ruso en Cuba y Venezuela podría reconfigurar el equilibrio de poder en la región, generando preocupación y reacciones en Washington y la comunidad internacional.
Recientemente se conoció además, del interés del régimen cubano en adquirir armamentos de Bielorrusia, específicamente misiles “Polonez-M”, con un alcance de hasta 300 kilómetros, durante un encuentro reciente en La Habana, en el que representantes de las Fuerzas Armadas de Bielorrusia y Cuba acordaron un plan de cooperación militar.
El gobierno de Cuba, interesado en adquirir divisas a todo costo, estaría incurriendo en un grave error al vender su soberanía a potencias beligerantes con los EE.UU. Una decisión que, quién más la sufrirá, será el pueblo cubano, pues una respuesta de EE.UU. pudiera incluir sanciones económicas más severas a la isla.
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