En estos tiempos en que tanta gente quiere irse de Cuba, cada uno con sus razones, sorprende que alguien nacido fuera de la isla exprese tanto entusiasmo porque pronto recibirá sus papeles legales como ciudadano del país al que llegó con apenas 3 años, proveniente de la Unión Soviética: Viacheslav Zenkov, más conocido como El Ruso, celebra que, al fin, venció a la burocracia…
“En 20 días me dan el carnet de identidad cubano. Por fin seré un cubano con papeles. GRACIAS A TODOS LOS QUE ME HAN AYUDADOOOOOOOO”, escribió el Ruso en su muro de Facebook, junto a una significativa foto con una camiseta con las siglas en cirílico de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (CCCP), y como telón de fondo una gran bandera cubana.
Su lucha no era nueva, ni única. Como él, muchas personas llegadas de antiguas repúblicas soviéticas antes de la desintegración del bloque socialista quedaron en una suerte de limbo ciudadano: no eran de aquí, ni de allá, no importa dónde naciera, o donde estuviera su corazón. Que en el caso de “Slavik”, está en el centro del pecho y rezuma cubanía por cada conducto. Por eso no dejó de agradecer el apoyo que recibió en su reivindicación.
“Uno se mete en cada bobería –reflexionó en redes sociales. Un monton de personas muriendo de hambre y uno pensando en cosas abstractas como pertenecer por papeles a un lugar. Sentirme cubano es un hecho que no tiene nada que ver con la legalidad. SOY Y SERÉ CUBANO HASTA QUE ME MUERA. HASTA CUANDO ASERE??????”, escribió el destacado veterinario y defensor del derecho animal.
Un amigo cercano compartió su caso en Facebook, y lo definió así: “Nació en Rusia hace casi 40 años y vino a Cuba siendo un bebé. En la época de Chernovil. Habla tanto ruso como yo (casi nada) Aquí en Cuba creció, jugó, rió, se educó, se crió como un auténtico cubano”. De hecho, el propio Viacheslav recuerda con cariño incluso las cicatrices que le dejó la infancia de mataperro, de amistades forjadas a golpe de calle, y luego en las aulas.
Estudió veterinaria y resultó un alumno de élite, Diploma de Oro. Quienes conocen a este activo defensor del Bienestar Animal en Cuba lo consideran muy educado e inquisitivo como médico veterinario, pero que pierde todo el caché eslavo al saludar a sus allegados con el santo y seña del buen cubano: “¿¡Que volá asere!?”.
Por diversas razones le denegaron durante más de dos décadas sus documentos legales como ciudadano cubano: hasta ahora ha sido residente permanente, con carnet para extranjeros con permiso de residencia permanente. Según dijo en redes sociales, finalmente le aprobaron su carnet de identidad gracias a un decreto presidencial firmado por el propio Miguel Díaz-Canel. “Me lo otorgó por vía directa”, dijo.
Más allá de su felicidad personal, Viacheslav considera que este es un importante primer paso para los miembros de la comunidad llegada de la URSS que sigue sin ciudadanía, como su mamá. Por su parte, la Federación de Rusia lleva años hablando de una ley para conceder pasaportes para casos así, pero de la promesa no ha pasado…