En un acto que destaca tanto la valentía como las difíciles circunstancias de la salud pública en Cuba, Oreste Plasencia, un ciudadano cubano, se vio obligado a asumir el papel de partero para su esposa ante la ausencia de asistencia médica oportuna, en el por ahora último capítulo de la terrible novela de los partos en Cuba.
Los hechos se desencadenaron cuando Plasencia, esperando una ambulancia que nunca llegó, se vio en la necesidad de asistir a su esposa durante el parto en su propia casa. El relato de esta experiencia fue compartido por él en redes sociales; momento en el que expresó su frustración por la falta de asistencia médica y agradeció la buena salud de su hijo recién nacido.
La publicación de Plasencia en Facebook, acompañada de imágenes del bebé y la escena del parto, generó una mezcla de reacciones.
Algunos elogiaron su valentía, mientras que otros criticaron lo que consideraron una falta de responsabilidad por no buscar atención médica adecuada a tiempo. Esta situación ha generado un amplio debate sobre las condiciones del sistema de salud en Cuba, especialmente en cuanto a la atención prenatal y durante los partos.
El caso de Plasencia no es único, pues en la isla se han reportado con anterioridad otros incidentes similares que exponen a las claras las deficiencias en el sistema de salud cubano que alguna vez blasonó de ser «único en el mundo». Tal vez el título le sirva tomamos en cuenta de que Cuba pudiera ser el único país del mundo que, con un notorio déficit de profesionales de salud en su sistema, se da el lujo de exportarlos por cientos a Italia, e incluso prometerlos, en la boca de sus embajadores, cada vez que alguno de estos hace uso de la palabra en algún evento fuera de la isla, donde se desempeñan.
noticia relacionada: Gobernador de Calabria afirma que «experimento con médicos cubanos ha sido positivo»
A este «parto por cuenta propia» podemos añadir lo ocurrido con una familia holguinera, en octubre, cuando una joven de 20 años también dio a luz en su casa, después de que el hospital local se negara a admitirla por falta de camas.
Además, en otro hecho similar ocurrido en noviembre, una mujer tuvo que dar a luz en la entrada del Hospital Nacional en La Habana.
Estos casos han generado críticas hacia el sistema de salud de Cuba, señalando una tendencia creciente de partos en el hogar, o fuera de las salas de parto, debido a la falta de recursos y atención médica adecuada.
Críticas a las que se suma la publicación de «Partos Rotos», una investigación periodística realizada por cinco reporteras cubanas que aborda la problemática de la violencia obstétrica en Cuba; una obra que destaca por su enfoque en un tema crítico y poco discutido, la violencia obstétrica, ofreciendo una visión profunda de las experiencias de mujeres que han sufrido durante el parto en entornos médico en Cuba. La importancia y el impacto de este trabajo han sido reconocidos a nivel internacional, lo cual se evidencia en la obtención del prestigioso Premio Roche, otorgado por la Fundación Gabo en la categoría de periodismo escrito. «Partos Rotos» no solo ha ganado reconocimiento sino que también ha elevado la conciencia sobre un asunto de salud crucial en la sociedad cubana.
Todo esto, de manera conjunta, destaca más que todo la necesidad urgente de mejorar la atención médica en Cuba, especialmente en lo que respecta a la salud materna y neonatal; y estos incidentes plantean serias preguntas sobre la eficacia actual del sistema de salud cubano y la seguridad de las madres y los bebés en la isla.
tal vez quieras leer: Policía de New Jersey busca información sobre Jan Cotta, una joven embarazada desaparecida en 1973
