El gobierno sigue poniendo en práctica la presencia de inspectores de transporte anónimos en el servicio de taxis privados, lo que ha incrementado el malestar de los choferes ante el proceder de estos agentes.
Un taxista que cubre la ruta de Santiago de las Vegas hasta la Habana Vieja dijo molesto a Cuballama que había sido multado por dos inspectoras que se subieron a su carro de forma anómima para vigilar el cobro de su pasaje.
El hombre, de 51 años de edad, que prefirió no identificarse, dijo que había cobrado 200 pesos el trayecto y cuando las inspectoras se bajaron en la intersección de las calles Tulipán y Boyeros lo multaron con 8000 pesos.
“Me pidieron el carnet y la licencia de conducción. Me dijeron que me iban a multar y se quedaron unos segundos esperando una respuesta. Les dije que hicieran lo que tenían que hacer. Y me pusieron la multa con el argumento de que el precio era mayor al estipulado», explicó.
«Tengo que mantener al carro en funcionamiento. Pagar las piezas, comprar la gasolina. El Estado no me proporciona ninguna forma para adquirir lo necesario para mi trabajo a precios módicos. Y yo tengo una familia y dos hijos que mantener”, señaló.
La regulación de los precios del transporte privado mediante los inspectores es una de las viejas prácticas que ha retomado el gobierno para tratar de contrarrestar los precios de los pasajes impuestos por parte de los transportistas privados. La medida no ha impedido que los choferes sigan poniendo sus propios precios aunque algunos se rigen por las tarifas de cada trayecto. La mayoría de los taxistas argumenta que no pueden adoptar esa norma ante la grave inflación que vive el país y el alza descomunal de precios de los productos básicos.
“Me multan a mí y cuando voy a comprar pollo tengo que buscar el dinero como sea para poder cumplir con esos precios. Y el gobierno se hace el de la vista gorda con esa burla a la población” añadió el taxista.
“Y eso por no mencionar los 7000 pesos que piden por un queso Gouda”, agregó.
El transporte público en Cuba vive una de las peores crisis de los últimos años y los que pueden tratan de costear el precio de los taxistas privados, la cual es prácticamente una de las únicas vías para poder desplazarse en la ciudad.
