Las políticas migratorias actuales y las tensiones políticas continúan influyendo en las vidas de muchos cubanos que buscan nuevas oportunidades en el norte.
El aumento reciente en la inmigración de cubanos a Estados Unidos ha coincidido con un deterioro en las condiciones económicas y políticas en la isla.
Un crucero que zarpó de Tampa durante el fin de semana rescató a 30 balseros cubanos que navegaban a la deriva en medio del mar, en un momento en que la crisis migratoria de los cubanos hacia los EE.UU. parece intensificarse, luego de un breve impass provocado por la entrada en vigor de la medida del Parole Humanitario impuesta por la administración Biden, que redujo el flujo migratorio… por el mar.
Sí, también lo redujo por tierra, pero las cifras de los que continuan cruzando por la frontera terrestres continuan, a medida de que Estados Unidos ha seguido llevando a cabo deportaciones de ciudadanos – cubanos entre ellos – de regreso a su país.
Según informes recientes, el gobierno de Estados Unidos, a través de su agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ha realizado varios vuelos de deportación hacia Cuba; mientras que la Guardia Costera de los Estados Unidos ha continuado con la interceptación de embarcaciones en el mar que transportan migrantes desde Cuba y otros países caribeños. En un operativo reciente, devolvieron a 92 migrantes a Cuba después de haber sido interceptados en aguas internacionales.
Estas devoluciones, tanto aéreas como marítimas son parte de una política más amplia para frenar la migración irregular por mar, que no solo es peligrosa, sino también ilegal según las leyes internacionales y estadounidenses; y forman parte de un conjunto de medidas que buscan gestionar la llegada irregular de migrantes a territorio estadounidense. El Departamento de Seguridad Nacional ha incrementado sus esfuerzos para repatriar a aquellos que han llegado a la frontera sin los documentos necesarios o tras haber agotado sus procesos legales en el país.
La situación en Cuba como detonante migratorio
Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes y algunas organizaciones internacionales han llamado a Estados Unidos a reconsiderar estas medidas. Argumentan que la deportación y la detención de migrantes a menudo no toman en cuenta las condiciones de vida que los obligaron a huir de sus países de origen, pues muchos de los deportados enfrentan situaciones de vulnerabilidad en Cuba, donde las condiciones económicas y sociales han sido un factor determinante en su decisión de emigrar.
Las comunidades cubanas en Estados Unidos también han expresado su preocupación y descontento con la continuación de estas deportaciones, a pesar de que ya no ocurren las protestas de años anteriores, cuando eran menos los que llegaban, pero eran más los comprometidos con no regresar al país del cual huyeron.
Muchos de estos nuevos migrantes, que llegan, piden Parole y se ven inmersos en el proceso de Asilo Político se sienten divididos entre su nueva vida en Estados Unidos y las complicaciones que enfrentan sus compatriotas y familiares que aún viven en Cuba o que están en proceso de migración, a quienes van a ver apenas reciben su documento de residencia.
El aumento reciente en la inmigración de cubanos a Estados Unidos
El aumento reciente en la inmigración de cubanos a Estados Unidos ha coincidido con un deterioro en las condiciones económicas y políticas en la isla. La falta de oportunidades, la represión política y las sanciones económicas internacionales han empujado a muchos cubanos a emprender el peligroso viaje hacia el norte, buscando esperanza y un futuro más estable.
Desde 2022, Estados Unidos ha visto un número récord de inmigrantes cubanos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos informa que en el periodo, más de 400.000 cubanos fueron interceptados en los puertos de entrada de Estados Unidos.
Tan solo en el condado de Hillsborough, en la región de Tampa, más de 30.000 cubanos que han llegado a ese condado han sido atendidos por Lutheran Services Florida, desde enero de ese año, hasta la fecha.
Tampa contiene la segunda mayor migración cubana en la Florida.
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