¿Elegirá Chocolate MC que lo deporten? ¿Podrá solicitarlo? Estas son algunas de las dudas que rodean el caso del reguetonero cubano a quien se le imputan cinco cargos, entre los que destacan abuso sexual, secuestro con arma de fuego y robo.
El secuestro, especialmente si se comete con un arma de fuego, generalmente se clasifica como un delito grave de primer grado, con una sentencia mínima de 30 años.
En un caso que ha capturado la atención pública en Miami, Florida, el artista cubano conocido como Chocolate MC enfrenta múltiples cargos graves que podrían resultar en una condena de más de 30 años de prisión. El urbano, cuyo nombre real es Yosvanis Arismin Sierra Hernández, fue arrestado y acusado de una serie de delitos que incluyen abuso sexual, secuestro con arma de fuego y robo.
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Según la información proporcionada por las autoridades locales, los cargos contra Chocolate MC son extremadamente serios y podrían llevar a severas penas de prisión.
Uno de los cargos más alarmantes es el de abuso sexual, que en Florida es tratado con particular severidad. La ley estatal estipula penas mínimas que comienzan en los 34.5 meses de cárcel para casos involucrando adultos, pero las sentencias pueden ascender a 30 años o incluso cadena perpetua dependiendo de las circunstancias del caso, incluyendo la edad de la víctima.
Adicionalmente, el cargo de secuestro con arma de fuego podría resultar en una condena de hasta cadena perpetua, especialmente bajo el estatuto de «Prison Releasee Reoffender» (PRR) que se aplica a individuos que cometen un delito grave dentro de los tres años siguientes a su liberación de prisión. Este estatuto implica penas mínimas más estrictas y elimina la posibilidad de libertad condicional antes de que se cumpla la totalidad de la sentencia. La llamada «mínima» para este cargo, es de 30 años.
El robo, siendo también un delito grave de alto grado, complementa la lista de acusaciones que pesan sobre Sierra Hernández. Dependiendo de las especificidades del caso, como el uso de un arma de fuego durante el delito, las penas podrían ser igualmente severas.
Así contaron dos de las víctimas lo sucedido.
El impacto de estos cargos es significativo no solo para Chocolate MC como individuo, sino también para su carrera y su influencia como figura pública. El cantante, conocido por su música dentro de la escena urbana cubana, ha enfrentado controversias anteriormente, pero la gravedad de estos delitos presenta un desafío mucho más grave a su libertad y su futuro profesional.
La comunidad cubana en Miami, donde reside una gran parte de la diáspora cubana, ha seguido el caso con preocupación y expectativa.
Muchos piden que lo deporten, teniendo en cuenta que Chocolate MC no llegó esta última vez ante el juez con un historial muy limpio que digamos. Sobre sí pesan casos de violencia doméstica y otros, que complican su situación de cara a la justicia, que seguramente teniendo en cuenta que ni siquiera es ciudadano estadounidense, no será especialmente benévolo con él.
Su hermana, que en una ocasión anterior había dicho que el reguetonero «siempre salía de la cárcel», esta vez la tiene difícil para que se le cumpla la profecía. Según una abogada que declinó ser identificada para este trabajo, a Chocolate MC lo único que lo pudiera salvar es que los investigadores entrevisten más de una vez a su ex novia – la secuestrada – y que le descubran inconsistencias y mentiras en su declaración; pero a veces, dijo, basta con que solo testimonie una vez y luego en el juicio. Solo en los casos en que la persona acusada tiene una conducta intachable y quien acusa no, es que la policía sospecha que hay un juego sucio e insisten en revisar una y otra vez las declaraciones, y tomarlas dos y tres veces.
«Pero este no es el caso; ese hombre tiene un gran historial delictivo,» dijo.
La comunidad cubana estará atenta a cómo se manejan estas serias acusaciones en los tribunales y cuál será el eventual desenlace para un artista que una vez fue celebrado como una prominente influencia en el género urbano, pero cuya vida difícil en las calles de La Habana, Cuba, le jugó una mala pasada en su comportamiento posterior en los Estados Unidos.
