Cuba ha vivido tiempos económicos turbulentos recientemente, y aunque Ud. no lo crea, la cúpula dirigente en la isla, especialmente el mandatario Miguel Díaz-Canel se encuentra optimista de frente a sus problemas. Incluso cree que puede resolverlos.
Este optimismo fue compartido en una entrevista reciente divulgada en la que Miguel Díaz-Canel dijo que Cuba nunca ha permanecido inactiva a los problemas y donde destacó las medidas implementadas para enfrentar la crisis económica y social que atraviesa el país.
Nada de eso, sin embargo, tiene que ver con el pequeño respiro que hemos tenido en los últimos días en el mercado informal de divisas, con el frenazo en el valor del euro y el dólar en el mercado informal cubano.
El pasado martes, el precio de la Moneda Libremente Convertible (MLC) se desinfló, situándose nuevamente en 305 pesos cubanos (CUP), mientras que tanto el dólar como el euro se mantuvieron estables, con tasas de cambio de 395 CUP para el dólar y 400 CUP para el euro.
Muchos quisieran creer que este frenazo, luego de la tendencia alcista de las últimas semanas, proporcionará un leve alivio permanente a los cubanos, quienes dependen de estas divisas para el diario subsistir en el empobrecido país.
Para nadie es un secreto que la economía cubana ha sido duramente golpeada por múltiples factores, incluyendo el endurecimiento del embargo estadounidense, la pandemia de COVID-19, y la ineficiencia socio-económica y política interna.
La escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos se ha agravado en la isla, y la inflación ha disparado los precios, de todo, también de la moneda extranjera, afectando la calidad de vida de los cubanos.
En respuesta a todo eso, el gobierno ha implementado – asegura – una serie de medidas para intentar estabilizar la economía, incluyendo reformas en el sistema de comercio interior y la introducción de nuevas políticas monetarias, pero ninguna de ellas tiene al parecer responsabilidad e impacto directo en la relativa y reciente estabilidad en las tasas de cambio del dólar y el euro.
Esto, sin embargo, es un desarrollo positivo – pero temporal, y lo veremos – en medio de la incertidumbre económica.
Los modelos del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi) anticipan una tendencia a la depreciación del peso en mayo, pero también sugieren una posible desaceleración en el ritmo de desvalorización en los próximos meses y esto podría significar una cierta estabilidad para los cubanos que dependen del mercado informal para acceder a divisas extranjeras.
La reacción del pueblo cubano a estos desarrollos ha sido variada. Mientras algunos ven el frenazo en el valor del euro y el dólar como una señal positiva, otros siguen preocupados por la persistente inestabilidad y los desafíos económicos. Los comentarios en las redes sociales reflejan una mezcla de esperanza y escepticismo, con ciudadanos expresando tanto alivio como preocupación por el futuro.
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