La entrevista transmitida en la noche del lunes en la TV cubana ha intensificado el debate sobre las políticas económicas y sociales en Cuba, con Díaz-Canel defendiendo las reformas y atribuyendo los problemas actuales a factores externos y a la mala fe de los críticos, mientras que los opositores y algunos sectores de la población lo acusan de estar desconectado de las realidades y dificultades que enfrentan los cubanos comunes.
A lo largo de la entrevista, su mensaje consistente de resiliencia, esperanza y la creencia en la capacidad de Cuba para superar sus desafíos actuales basados en su historia de enfrentar la adversidad, no caló muy bien entre quienes, aburridos de lo mismo durante 64 años, le escuchaban.
En una reciente entrevista televisiva transmitida por la TV cubana este lunes, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel defendió las políticas económicas implementadas bajo su mandato, incluyendo la Tarea Ordenamiento, a pesar de las críticas y dificultades económicas que enfrenta la nación; y argumentó que la inflación y los problemas económicos habrían ocurrido de todas formas, incluso sin estas reformas, debido a factores externos como el embargo estadounidense y la pandemia de COVID-19.
Díaz-Canel también abordó la apertura de las MIPYMES (pequeñas y medianas empresas), rechazando las acusaciones de que esta medida es neoliberal. Afirmó que las MIPYMES son «una expresión de la construcción socialista» y cuestionó la percepción de que los propietarios de estas empresas son enemigos de la Revolución.
Esta defensa se produce en un contexto en el que las denuncias sobre los precios de los productos básicos en las MIPYMES son recurrentes y todas se enfocan en que son inaccesibles para muchos cubanos, especialmente aquellos sin acceso a remesas del exterior. Por otro lado, el objeto de creación de las MIPYMES – en teoría – era el de producir bienes para el pueblo, no actuar como un mero revendedor de productos; pero…
El gobernante cubano abordó este tema; respondió a las críticas sobre la inflación y el desabastecimiento, admitiendo que algunas MIPYMES, es cierto, venden productos a precios exorbitantes. Sin embargo, no mencionó que algunas de estas empresas pertenecen a individuos conectados con el gobierno, como la nieta de Raúl Castro, un ex líder de la Unión de Jóvenes Comunistas, y un agente de la Seguridad del Estados; tres rostros y nombres conocidos, pero no los únicos. «Olvidó» la entrevistadora, Arleen Rodríguez Derivet, una de sus más fieles acólitas y parte de su equipo de periodistas, preguntarle porqué una tienda llamada Diplomarket, supuestamente propiedad de un testaferro del régimen, vende productos importados a precios elevados y en dólares, a pesar de no estar oficialmente registrada como MIPYME.
No menos intereante fue el momento en que Díaz-Canel arremetió contra los emigrantes cubanos, sugiriendo que aquellos que no encuentran éxito en el extranjero y critican al gobierno están actuando por despecho. Esta declaración desatinada por completo, ha provocado indignación entre la diáspora cubana y los activistas de derechos humanos, que la consideran una falta de respeto de un hombre cuyas notas estudiantiles no fueron precisamente brillantes, por lo que esperar otra cosa de él, resulta imposible.
«Brillante» fue el momento – tal vez el más polémico de la entrevista, por la significación que tiene – en el que Díaz-Canel criticó a las comunidades rurales por no producir suficientes alimentos y otros bienes esenciales, obviando por completo que la falta de producción agrícola es el resultado de políticas gubernamentales ineficaces, y no de la falta de iniciativa de las comunidades rurales. De hecho, «tener iniciativas» no forma parte del manual socialista.
La conversación cubrió una amplia gama de temas, incluidos sus hábitos de trabajo personales, los desafíos que enfrenta Cuba, la respuesta del país a estos desafíos y las críticas a las políticas y enfoques del gobierno en los que además, y este pudiera ser otro «momento glorioso» a incluir en este resumen, defendió la bancarización en Cuba, argumentando que debieron hacerla pues el país se estaba quedando sin efectivo en la calle, para pagar salarios, y cubrir gastos de la economía interna.
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Aquí hay veinte momentos o citas notables de la entrevista que podrían considerarse «gloriosas» según su importancia o la comprensión que brindan sobre las perspectivas de Díaz-Canel y las políticas cubanas:
— Descripción de Díaz-Canel de su ética de trabajo sistemática, enfatizando la importancia de la planificación y la priorización en su rutina diaria.
— Su reflexión sobre los desafíos del liderazgo durante tiempos difíciles, rechazando la noción de «suerte» y enfocándose en cambio en la resiliencia y la capacidad de enfrentar la adversidad.
— El homenaje a la resiliencia histórica cubana, haciendo referencia a las luchas y triunfos de generaciones anteriores, incluyendo a Fidel Castro y Raúl Castro.
— Su firme creencia en la capacidad de los cubanos para transformar adversidades en victorias, citando instancias históricas donde la nación superó desafíos significativos.
— La discusión sobre las actuales presiones económicas, incluyendo el bloqueo de EE. UU. y la pandemia de COVID-19, y su impacto en Cuba.
— Su defensa de la decisión del gobierno de priorizar la vida humana durante la pandemia, incluso en medio de dificultades económicas.
— Orgullo en los logros científicos de Cuba, especialmente el desarrollo de vacunas contra el COVID-19 a pesar de los recursos limitados del país. Olvidó mencionar Díaz-Canel que «algunos de los creadores de vacunas», durante la época de la pandemia, no tenían nada que comer en su casa y luchaban diariamente con el transporte público para ir a trabajar mientras que él, y sus «secuaces», disfrutaban de cómodos autos y combustible.
— Reconocimiento de problemas económicos como la inflación, y las complejidades involucradas en la implementación de reformas durante la pandemia; pero todas las culpas las achacó a los enemigos tradicionales, nunca a la mediocridad de sus funcionarios y ministros; aunque hizo una pálida crítica a las medidas económicas, enfatizando la disposición del gobierno a auto-criticarse y corregir errores.
— La discusión sobre la introducción de las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas) en Cuba, rechazando la noción de que esto es una medida neoliberal y defendiéndola como un medio para revitalizar la economía cubana.
— Su firme postura contra la idea de que permitir la empresa privada es una forma de neoliberalismo, reiterando el control del estado sobre los medios fundamentales de producción. Precisamente ese es un punto discutible en las circunstancias actuales.
— El reconocimiento de las desigualdades sociales y los esfuerzos del gobierno para mantener programas sociales a pesar de los desafíos económicos. Al menos tres de los que mencionó – el de la existencia de una ley contra la discriminación racial y otras a favor de la mujer y los niños, son una falacia. Cuba continua siendo un país racista, y el número de mujeres desprotegidas y sus hijos, contra la violencia machista va en aumento. Hasta el momento de redactar esta nota la isla ha reportado 65 feminicidios en lo que va de 2023 y hay al menos otros cuatro casos que no se han podido verificar. Otros dos casos denunciados en las redes sociales, demuestran la desprotección que sufren las mujeres a manos de las instituciones – PNR, MININT, FMC y CENESEX – incapaces de protegerlas del acoso y la violencia de sus parejas.
— Su reflexión sobre el modelo cubano único, moldeado por adversidades constantes y la incapacidad de la nación para implementar completamente sus políticas deseadas debido a presiones externas. Este tal modelo NO EXISTE. Y punto. Cuba ha sido una copia mala, caribeña, del modelo stalinista – soviético.
— La identificación de los principales problemas de Cuba: baja disponibilidad de divisas y problemas de producción, y su optimismo de que estos pueden ser superados con resiliencia y una planificación adecuada. Otra falacia. Resulta imposible que el país se recupere económicamente con la falta de divisas, la nula disposición de créditos, y con el grueso de la fuerza laboral marchándose del país en masa.
— El énfasis en la necesidad de crear riqueza a través de la producción, reconociendo las dificultades pero manteniendo la esperanza en el potencial del país para la prosperidad. Durante casi 65 años y en momentos en que la Revolución cubana contó con el amplio apoyo internacional, o al menos más países – gobiernos – y personas que la respaldaban, nunca lo logró. En las circunstancias actuales de crisis global, con menos países respaldándola, es una quimera imposible de lograr; no sin un alto costo poblacional. «Especialísimo» el momento en que criticó a los campesinos por el hecho de que no producen alimentos para la población.
— Su compromiso de preservar la justicia social incluso en tiempos de contracción económica, priorizando a las poblaciones vulnerables. Es un tema del día a día, con el aumento de los deambulantes, en su inmensa mayoría personas de la 3ra edad que lo dieron todo por la construcción del ideal socialista, y ahora se encuentran, incluso, sin recursos para alimentarse.
— La discusión sobre los mercados ilegales y su impacto en la economía, llevando a distorsiones de precios y otros problemas. Olvidó mencionar que son precisamente esos mercados ilegales los que, en mayor o menor medida, suplantan las carencias de medicamentos y alimentos básicos entre la población.
— El reconocimiento de los problemas de migración, insinuando las dificultades económicas que llevan a algunos cubanos a abandonar el país, pero NUNCA, responsabilizándose de ellas.
Otras cinco consideraciones generales que explican los veinte momentos anteriores «gloriosos» en el discurso de Díaz-Canel.
Contexto Histórico de la Migración: El orador hace referencia a la naturaleza cíclica de la migración a lo largo de la historia de Cuba, especialmente durante épocas de crisis económica. Esta migración no es un fenómeno nuevo, sino que ha sido una parte constante de los cambios sociales en Cuba, especialmente durante grandes convulsiones políticas y económicas. ¿La culpa? De los Estados Unidos. Siempre, según Díaz-Canel.
Cambios en las Políticas de Migración: Se discutió cómo han cambiado las políticas de migración, especialmente durante la administración de Trump, afectando el movimiento de los cubanos. Estos cambios incluyeron políticas de visas más restrictivas y una reducción de los viajes entre Cuba y Estados Unidos, impactando las visitas familiares e intercambios culturales. En resumen: Díaz-Canel culpó a los Estados Unidos y a las políticas implementadas en la era Trump, por «los cambios migratorios» generados en Cuba.
Migración Legal e Ilegal: Díaz-Canel enfatizó los desafíos y peligros de la migración tanto legal como ilegal. Dijo que las políticas de EE. UU. no garantizan una migración segura, lo que lleva a viajes peligrosos y futuros inciertos para los cubanos que buscan reubicarse, incluida la pérdida de vidas. No habló del CLARO y EVIDENTE futuro incierto que representa vivir dentro de Cuba. El clarísimo ejemplo de los ancianos cubanos, deambulantes y sin recursos económicos para enfrentar la inflación y la crisis, puede servir como argumento que explique por qué cientos, tal vez miles de cubanos prefieren arriesgar su vida en el mar o en peligrosas travesías, antes de quedarse a vivir en Cuba donde, CLARAMENTE, nunca podrán siquiera hacer realidad el más breve de sus sueños.
Repatriación y el «Sueño Americano«: Se menciona una repatriación significativa, indicando que la migración no fue unidireccional. Se atrevió a decir que algunos cubanos regresaron, a menudo desilusionados porque la realidad no coincidía con el llamado «Sueño Americano». Díaz-Canel sugirió que algunos de estos repatriados pueden albergar resentimiento o decepción, no solo con sus experiencias en el extranjero, sino también con la situación en Cuba.
Motivaciones Económicas y Compromisos: Díaz-Canel dijo que muchos cubanos están motivados para irse por razones económicas, pero señaló que los hay también hay quienes están comprometidos a quedarse y mejorar el país, y dijo que este compromiso se ve en varios sectores de la sociedad, incluso en medio de dificultades económicas y desafíos sociales. Díaz-Canel no reconoció que la inmensa mayoría de los que actualmente se han quedado lo han hecho o porque se consideran que ya no tienen edad para enfrentar el desafío migratorio, o no tienen recursos para hacerlo. El evidente ejemplo de cómo varios periodistas defensores de la Revolución en los medios oficiales, se han conseguido cursos de superación en el extranjero y no han regresado más, le debería indicar a Díaz-Canel que ni los aparentemente más fieles, consideran quedarse a vivir en Cuba como una opción válida de cara a su futuro.
Inflación y Dificultades Económicas: La conversación toca los problemas económicos actuales en Cuba, incluida la unificación de la moneda, la inflación y la aparición de prácticas especulativas. Estos desafíos no son exclusivos de Cuba, sino que son parte de un contexto económico global, aunque se sienten agudamente en la vida cotidiana de los cubanos.
Comunicación e Información: Díaz-Canel pidió hacer gran énfasis en la necesidad de una mejor comunicación con el público sobre estos temas. El mandatario destacó el papel de los medios de comunicación y la importancia de la difusión de información transparente, atractiva y profesional; que es lo que le ha permitido al gobierno mantenerse tanto tiempo en el poder: manejando la información.
Resiliencia y Apoyo: Díaz-Canel hizo referencia a la resiliencia del pueblo cubano y la importancia de su apoyo, comprensión y solidaridad al enfrentar estos desafíos. Dijo que esta resiliencia es una fuente de energía y motivación para el liderazgo, incluso en medio de numerosas crisis en curso, incluidas las tensiones económicas y el cambio climático. Díaz-Canel obvió de manera explícita que, si a cada cubano le otorgasen una VISA y residencia en un país, X, ahora mismo, se quedaban él solo y el Comité Central en la isla.
Y claro, Arleen Rodríguez Derivet para entrevistarlo.
