El comentarista deportivo cubano René Navarro reveló recientemente que tuvo que “renunciar” a la gasolina y vender su carro para “no morirme de hambre”.
Según reconoció a Cubanet el destacado narrador, especializado en deportes como ciclismo, voleibol, baloncesto y atletismo, como la mayoría de los cubanos, enfrenta una difícil crisis económica.
Navarro, que antes de colocarse detrás de un micrófono en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), de 1967 a 2005, se desempeñó como árbitro, anotador, cronometrista y entrenador, puso de manifiesto su frustración por la situación que viven los jubilados.
El reconocido comunicador enfatizó en que vive “como la gente más humilde” en Cuba porque de poco le ha servido la pensión que recibe desde que se retiró.
“Creo que es un tema bien delicado y en algún momento nuestro gobierno tendrá que analizar casuísticamente quién aportó más a la sociedad y quién debe recibir más, sin que todo el mundo sea cortado con la misma tijera”, opinó sobre el tema salarial, que considera “verdaderamente complejo”.
El cubano de 78 años, que anteriormente ha tenido que vender botellas y pomos plásticos para subsistir para “apoyar la alimentación de la casa”, detalló que ni su antigua pensión, que era de apenas 430 pesos, ni la actual, que es de 1.733 pesos, han sido suficientes para mantener a una familia.
“¿Qué se hace con 1.733 pesos después de tantos años de trabajo? Esa jubilación es injusta y afecta a muchísimas personas, incluida buena parte de las glorias del deporte”, señaló al hablar del “poco dinero” que recibe como jubilado.
Aunque ha recibido todo tipo de premios, Navarro, que será siempre recordado por bautizar al equipo de voleibol femenino de Cuba como “las espectaculares morenas del Caribe”, reconoció que el mayor reconocimiento que ha tenido es el cariño, la admiración y el respeto del público y de los atletas.
Sobre la misma línea, el comentarista, que inmortalizó las hazañas de atletas cubanos en al menos ocho Juegos Olímpicos, 11 Panamericanos y nueve Centroamericanos, contó cómo uno de sus admiradores le regaló 500 pesos discretamente.
Por otro lado, Navarro, que desde los noventa abogó por que se transmitiera lo mejor del deporte mundial en televisión nacional, independientemente de su origen, recalcó que “me parece que el deporte es deporte y no hay que mezclarlo con la política”.
Claro de que no todo el mundo puede ser narrador deportivo, porque se trata de “un arte”, Navarro aconsejó a sus colegas “no tratar de imponer criterios y opiniones”, y “recordar que uno tiene un micrófono delante pero el criticado no”.
En 2019 Navarro, que tras retirarse se sintió como “un lobo solitario”, se preguntó si era justo que después de 43 años trabajando, 38 de ellos en el ICRT, “cobre un sueldo irrisorio, sobre todo en estos momentos que vivimos”.
