La denuncia en días pasados de una cubana sobre una presunta estafa en una tienda en MLC en Boyeros y Camagüey fue reconocida como tal por la Corporación CIMEX S.A, en la isla.
Una internauta cubana, Ana Fernández, denunció que en la tienda de marras se estaba desarrollando un timo con el precio de la libra de jamón, el cual fue descubierto por ella.
La mujer dijo en un grupo de Facebook que encaró al empleado, y que este reconoció que se había equivocado, aunque ya presuntamente varios habían sido «golpeados en el bolsillo» con la triquiñuela.
Al respecto ahora habló CIMEX S.A.
En una publicación en su página de Facebook, la entidad reconoció el hecho y expresó que «la Corporación Cimex tomó medidas en respuesta a una queja en redes sociales realizada por Ana Fernández, quien denunció la adulteración de precios en la venta de Jamón Barra en el Centro Comercial «Boyeros y Camagüey» del municipio Cerro.»
«Un equipo de la Dirección de Supervisión de Cimex investigó la queja y confirmó la adulteración en el precio, por lo que la queja fue considerada válida.
Se han implementado medidas correctivas y la Sucursal Habana Oeste se encargará de garantizar su cumplimiento. La Corporación Cimex se disculpó con sus clientes por las molestias ocasionadas y reafirmó su compromiso de proteger a los consumidores,» concluyó el mensaje, mientras exhortaba a la población que, de notarse situaciones similares no dude en contactarlos a ellos para alertar de estos delitos.
Pero, ¿qué ocurrió y cómo, en este caso?
Se trata de una estafa conocida: la adulteración de precios y el uso de códigos incorrectos en la caja registradora
La gestación de un delito a partir de la adulteración del precio de la mercancía o el uso incorrecto de la caja registradora para pasar un código que no corresponde al producto en realidad generalmente aporta grandes ganancias al negocio, en detrimento de las finanzas del consumidor.
En muchos casos, el delito comienza con la modificación del precio de un producto en la tienda o supermercado. Esto puede implicar cambiar etiquetas de precios, pegar etiquetas de productos más baratos sobre productos más caros o manipular digitalmente códigos de barras para reflejar un precio inferior. Cuando el producto se pasa por la caja registradora, el sistema lee el código incorrecto y calcula un precio más bajo.
En algunos casos, como este reconocido por CIMEX S.A., los empleados pueden estar involucrados en la estafa e incluso, pueden actuar en colaboración con los administradores de los establecimientos; algo «muy normal» en la isla, donde la crisis afecta a todos por igual, y la corrupción es una manifestación del día a día.
Se trata de una acción ilegal, que puede tener consecuencias legales graves, como arresto y procesamiento penal, pero que en las tiendas y supermercados deja un mal sabor en la boca de los consumidores.
No pocos clientes honestos, como la denunciante en este caso, son fundamentales para evitar estas prácticas fraudulentas, pues suelen llevar sus denuncias más adelante. Otros, acostumbrados a que «nada pase», ni se toman la molestia de hacer la denuncia.
Peor aún: a veces, reclaman. Y nada más.
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