El popular humorista cubano Ulises Toirac, quien cumplió 60 años el mes pasado, alborotó a sus seguidores en Facebook con su última rutina para sobrellevar el ardiente verano en Cuba: darse un buen chapuzón en la costa.
En una graciosa foto que le ganó miles de reacciones en esa plataforma, Ulises Toriac aparece recién salido del mar: “Aspecto luego de un chapuzón en la costa. Buen día, mi gente”, escribió al pie de la imagen el martes por la mañana.
¡Y parece que le ha tomado el gusto a los chapuzones! El comediante, famoso por su personaje de Chivichana en el humorístico televisivo “¿Jura decir la verdad?”, repitió este miércoles su viajecito a la costa, muy cercana de su casa en La Habana.
“Esto de tomarme media hora después de ‘El Rapidín Matutino’ para ir a la costa a botar mocos y humos está inquietando a Lia que me nota más ‘salao’ a mi regreso”, agregó en otra foto donde aparece junto a su perrita Lia y hace referencia al show de transmisión en directo que desde hace meses conduce en Facebook.
Es probable que los chapuzones le hayan hecho reflexionar sobre un tema caliente por estos días en Cuba: la escasez generalizada de peces y mariscos en el plato de comida de los cubanos desde hace décadas.
Bajo el título “El misterio de la pesca en Cuba” y con su tono de sátira habitual, Ulises Toirac reflexionó sobre lo absurdo de esa situación y las declaraciones que han ofrecido autoridades del gobierno como respuesta.
“Me da la impresión que ya Cuba está en un gigantesco estanque al que se puede llegar fácilmente desde casi todos los sitios del territorio nacional. Esta condición de isla flaquita y alargada (que no todas las islas lo son, hay algunas que siendo islas hay que echar tremenda pata) nos facilita el mar enormemente”, redactó.
El humorista recuerda cómo en los años 90 visitó una ciudad llamada Campeche, en la zona peninsular de México, muy cerca del Cabo de San Antonio. “Los peces que pasan por allí, luego pasan por aquí por el norte de toda la parte occidental de Cuba”, contó.
“Y en el malecón de esa ciudad, bien temprano, podías ir a comprar pescado fresco, incluso vivo aún porque los meten en unos estanques… Y como la lechuga: ‘dame aquel’. Y el malecón lleeeeeno de pescado de todo tipo. Más pescado que gente, vaya”.
El propio Toirac confiesa que se sorprendió tremendamente. “Me parecía de otro planeta”, dijo. “Y no… tan de este como el que más. Y la pesca no provenía de embarcaciones de grandes empresas. Eran los pescadores de siempre, que iban toda la noche en pequeñas embarcaciones para poner comida en el malecón amaneciendo”.
“Y ya te digo… Yo no sé nada de pescados ni pesquería… Pero… Es el mismo mar Caribe ¿no? ¿Cuál es el misterio desde Campeche hasta Cuba?”, concluyó.
La reflexión de Toirac se da muy poco después de que las autoridades infirieran que los cubanos deberán verse obligados a convertirse en pescadores si es que quieren consumir ese alimento.
El viceprimer ministro Jorge Luis Tapia aseguró la semana pasada, durante una intervención ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, que la “acuicultura familiar” fue exitosa durante el Periodo Especial.
“En los años del Periodo Especial, hubo un movimiento a nivel de consejo popular que muchas familias hicieron el tanque y en el mundo existe eso. Pero aquí en Cuba se hizo. Un estanque, cuatro metros a la redonda y criaban pescado ahí después que lo cogían”, dijo, dando golpes en el podio.
Tapia insistió: “Pero eso lo podemos hacer. Vamos a llevar esa acuicultura familiar. Tenemos que hacerlo. Vamos a hacer ese programa”.
