«Caliente» porque las periodistas Cristina Escobar y Lirians Gordillo le dijeron «cuatro cositas» en su cara hace -se puede decir- unas horas, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel se fue a buscar plátanos al polo productivo de la Empresa Agropecuaria de Nueva Paz, en la occidental provincia de Mayabeque, donde dice la agencia oficialista Prensa Latina «constató la recuperación de áreas para cultivos diversos.»
Díaz-Canel, que según la prensa oficialista, lleva meses, él y su tropa, «constatando avances» que solo él y ellos ven, y a estos aludió «antier» cuando Cristina Escobar le desnudó frente a su cara la inmensa porquería que eran los medios de comunicación atados a lo cortico y controlados por el Estado, cuando dijo «no todo es tan malo».
Díaz-Canel aludía a su gestión como «presidente» y a las cosas que se habían hecho bajo su mandato, pero nunca encontró el modo de ablandarle la yuca a Cristina Escobar, que podrá estar confundida y decir que se dice la verdad por “el bien de la Revolución”, cuando en realidad se dice la verdad por el bien del pueblo, pero que en materia periodística está más clara que el trillo por donde caminó está mañana Díaz-Canel, «donde antes primaba la maleza y ahora destacan sembrados de plátano y maíz».
«El paseíto» debe haberle venido de maravillas al «puesto a dedo» para hacer una caldozsa, mucho mejor y con más sustancias que el «potaje» que tiene armado el sistema socialista que él tanto defiende como justo, y que hoy arrojó «sus mejores luces» de lo mal que está cuando una decena, entre medios y periodistas oficialistas, se lanzaron a las redes sociales a (des)informar e (in)comunicar al pueblo con la supuesta muerte del actor cubano Enrique Molina.
Todavía nadie sabe cómo Díaz-Canel va a resolver el problema del periodismo cubano, del «modelo periodístico único en el mundo» con el que hace años sueña el presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello, y que a decir de una amiga de él es eso, una quimera, pero el hombre tiene deseos y derecho a soñarlo.
Probablemente, dice otro amigo, hasta Cristina Escobar termine de gobernadora de La Habana, o al menos gobernando el periodismo en Cuba, luego de su intervención ante Díaz-Canel; pero no hay nada cierto en eso; como tampoco parece ser cierto el rumor de que Iroel Sánchez terminará de «Comandante» del nuevo Instituto de la Información y la Comunicación en Cuba.
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Lo único cierto en todo esto es que dentro del paquete de 106 medidas para potenciar al sector agropecuario y avanzar en la transformación de la agricultura se aprobó destinar un fondo «de mil 800 millones de pesos (75 millones de dólares) para el fomento agropecuario en instituciones con resultados favorables, y decisiones que favorecen el desarrollo local».
Tal vez huyéndole a la voz de Cristina Escobar, Díaz-Canel se apareció por Mayabeque a ver el resultado de esa millonada puesta en función de la agricultura, solo que los plátanos todavía no están, ni para hacer chicarritas, y el maíz no es todavía una mazorca.
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