el nuevo paquete de medidas económicas del gobierno cubano refleja un enfoque desesperado por controlar la inflación a corto plazo sin abordar necesariamente las causas profundas de los desequilibrios económicos de la isla.
Cuba enfrenta en 2024 una aguda crisis de alimentos, con escasez de productos básicos, y mercados desabastecidos. Productos de primera necesidad como arroz, frijoles y aceite son cada vez más escasos; la producción agrícola nacional no cubre la demanda interna, y las importaciones se ven limitadas por la falta de divisas; pero el desabastecimiento de medicinas también es alarmante.
El diario 14ymedio señala que productos esenciales como el frijol, la yuca, y el arroz mantienen sus precios fijos sin ninguna disminución, a pesar de la baja del dólar. Por ejemplo, el frijol negro se sigue vendiendo a 350 CUP la libra en mercados estatales como La Calzada, y otros productos como el pollo y la leche en polvo permanecen con precios exorbitantes y fijos, que ascienden a 360 CUP la libra y 3000 CUP por 900 gramos, respectivamente.
A pesar de las preocupaciones sobre el mal uso de la política y los rumores sobre su posible conclusión, la extensión anunciada hasta junio representa un respiro para las miles de familias cubanas que dependen de este alivio para escapar de la hambruna y las enfermedades.
Esta medida ha sido un alivio para muchos cubanos, tanto para los residentes en la isla como para aquellos que viven en el extranjero y buscan ayudar a sus familiares y amigos enviando o llevando personalmente suministros esenciales a Cuba.
Al parecer inspirados en lo sucedido el domingo, que tras la aparición de un camión con arroz y azúcar, y otro con leche, la concentración en la Carretera del Morro se dispersó, las autoridades de Santiago de Cuba han vuelto a la carga con una estrategia "más abundante".
La crisis alimentaria en Cuba se ha agravado hasta el punto de que la producción de leche actual es incluso menor que durante los años más duros del Período Especial en los 90, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Memes aparte, la realidad es una: los alimentos que antes eran comunes han pasado a ser considerados lujos debido a los elevados precios de sus ingredientes.
La empresa Bacoretto, dirigida por el joven empresario Gabriel Pérez, de 38 años, ha comenzado a producir harina sin gluten a partir de plátanos, coco y yuca, utilizando ingredientes locales en respuesta a la creciente crisis alimentaria que enfrenta la nación.