Aunque «mejoró» cuatro lugares, Cuba sigue estando entre los ocupantes del sótano del ranking mundial de la libertad de prensa, amenazada a nivel global por los mismos que deberían ser sus garantes: las autoridades políticas.
De los cinco indicadores que conforman la puntuación de los países, el indicador político es el que más desciende en 2024, con una caída de 7,6 puntos, según revela la nueva edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En los tres países de la región de las Américas que se sitúan en los últimos puestos de la Clasificación, Cuba (168º), Nicaragua (163º) y Venezuela (156º), el periodismo está sometido a una censura basada en decisiones arbitrarias, que pueden tomar la forma de detenciones, suspensiones de la difusión o trabas administrativas, dice el reporte.
Año tras año, Cuba sigue siendo el peor país de América Latina en materia de libertad de prensa. En el panorama mediático, advierte el informe, las televisiones, radios y periódicos están estrechamente vigilados por el Estado, y la prensa privada sigue estando prohibida por la Constitución.
Las cadenas de televisión Tele Rebelde y Cubavisión son las más importantes del país, mientras que la emisora Radio Reloj es la más escuchada. El diario Granma es el de mayor difusión y está controlado por el Estado, como el resto de medios. Los periodistas independientes están vigilados por agentes que intentan limitar su libertad de movimiento, realizan detenciones y borran las informaciones que poseen.
Miguel Díaz-Canel, protegido de Raúl Castro, al que relevó en 2019 en la presidencia del país, y posteriormente como primer secretario del Partido Comunista de Cuba, perpetúa el linaje de la familia castrista y mantiene un control casi total de la información, agrega el análisis.
Los blogueros y periodistas encuentran un espacio de libertad en Internet, cuyo acceso está controlado en gran parte por el Estado, pero lo hacen por su cuenta y riesgo. Frecuentemente, se les impide cubrir acontecimientos importantes, ya sea a través de detenciones o de arrestos domiciliarios.
En 2021, nuevas regulaciones hicieron aún más utópico el principio de un Internet abierto, libre e inclusivo, violando íntegramente el derecho a la libertad de expresión y de información en el entorno digital. El nuevo código penal aprobado en 2022 ha reforzado el repertorio de medidas de represión en Cuba, mediante una terminología vaga (“alteraciones públicas”, “ultraje”, “peligro para el orden constitucional”…) que puede servir fácilmente de pretexto para perseguir a informadores.
Los arrestos, detenciones arbitrarias, amenazas de encarcelamiento, persecución y hostigamiento, registros ilegales de domicilios y la confiscación y destrucción de material, forman parte del día a día de los periodistas contrarios a la línea oficial castrista, asegura el documento de RSF.
«Las autoridades también controlan la cobertura mediática de los medios extranjeros, concediendo acreditaciones de forma selectiva y expulsando a aquellos considerados como “demasiado negativos” hacia el régimen», precisó el reporte.
Por otro lado y al margen del informe, se debe añadir que la ciudadanía sufre de la desinformación o «no información» de los medios de manipulación oficiales controlados todos por el Partido Comunista.
Estados Unidos perdió diez puestos, y bajó al lugar 55 en la nueva escala mundial.
Detrás de Cuba aparecen Irak, Egipto, Birmania, China, Baréin, Vietnam, Turkmenistán, Irán, Corea del Norte, Afganistán, Siria y cerrando en el 180, Eritrea. Entre los países latinoamericanos Costa Rica lidera en el sitio 26. De acuerdo a Reporteros sin Fronteras, Haití ocupa la plaza 93.
En el Top 10, están Noruega, Dinamarca, Suecia, Países Bajos, Finlandia, Estonia, Portugal, Irlanda, Suiza,y Alemania.
La guerra en Gaza ha supuesto un número sin precedentes de ataques contra periodistas y medios desde octubre de 2023: más de 100 reporteros palestinos han sido asesinados por el ejército israelí, de los cuales al menos 22 se encontraban en el ejercicio de sus funciones.
Muchos gobiernos ejercen un control cada vez más estrecho sobre las redes sociales e Internet: restringen el acceso, bloquean cuentas y borran mensajes con contenido informativo.
En Vietnam (174º), los periodistas que se expresan en las redes sociales son encarcelados casi sistemáticamente. En China (172º), la mayor cárcel de periodistas del mundo, el gobierno sigue ejerciendo un control estricto sobre los canales de información, aplicando políticas de censura y vigilancia para regular los contenidos en Internet y limitar la difusión de informaciones consideradas sensibles o contrarias a la línea del partido, expresa el reporte.
En Europa del Este y en Asia Central, la censura de los medios se ha intensificado, mimetizando de manera asombrosa los actos de represión rusos, ya sea en Bielorrusia (167º, -10), en Georgia (103º), en Kirguistán (120º) o Azerbaiyán (164º, -13).
La influencia de Rusia se extiende hasta Serbia (98º, -7), donde los medios de comunicación progubernamentales difunden propaganda rusa y las autoridades amenazan a los periodistas rusos en el exilio. Rusia (162º), donde Vladimir Putin fue reelegido sin sorpresas este 2024, y sigue librando una guerra en Ucrania (61º) que impacta considerablemente en el
ecosistema mediático y en la seguridad de los periodistas
En las Américas México sigue siendo el país sin guerra más peligroso para los reporteros: 37 periodistas han sido asesinados desde 2019.