Llamarse Leticia Martínez Hernández y ser periodista del gobernante Miguel Díaz-Canel, exige sus sacrificios. Entre ellos, olvidarse de la ética a cada rato, para subirse al carro de la politiquería.
Desde ayer varios tuiteros cubanos le exigen a la periodista «preferida» de Díaz-Canel, que en honor a la verdad es más avispada que la otra, Angélica Paredes, que retire un tuit que publicó en mayo en el que olvidándose del drama humano con el tema de la pandemia de la COVID-19, se regodeó en el presunto hecho de que Cuba sería -dijo ella entonces «el primer país del mundo en vacunar a toda su población con vacunas propias». Tras conocerse que desde hace ya varios días en la provincia de Cienfuegos se están vacunando a cubanos con la vacuna china Sinopharm, los tuiteros le pidieron ayer en masa a Leticia que retire el tuit, pues ya su profecía no se cumplió.
#Cuba será el primer país del mundo en vacunar a toda su población con vacunas propias. ¡Vivir para ver!
— Leticia Martínez 🇨🇺 (@leticiadeCuba) May 18, 2021
De hecho, hace rato que esa profecía no se cumplió porque… si contamos a los dirigentes y militares como «cubanos», pues debería la periodista de Díaz-Canel conocer que todos los miembros del Comité Central se vacunaron con Sputnik V; los militares de alto rango con la china Sinopharm, y hay quien metería la mano en la candela y afirma que el Diazca y su tropa más allegada se vacunaron con Pfizer.
¿Alguno ha visto a estos dirigentes de alto rango ofrecer su brazo para ser vacunado con la Abdala o la Soberana 02? Ninguno lo ha hecho, lo que da qué pensar.
Sin embargo, la periodista de Díaz-Canel -esposa de un mediocre agente de la Seguridad del Estado que se dedica a monitorear las redes e informar a sus superiores lo que ve, conocido por su nombre de pila, Reinier Alejandro- debe desconocer estos detalles que Díaz-Canel no le ha pedido que los escriba.
La hábil periodista de Díaz-Canel -tan hábil es que hasta un día se apoderó del password en Facebook de Reinier Alejandro para escribirle a una amante haciéndose pasar por él- sigue con su tuit «pineado», sin hacerle caso a los internautas y sin comprender que tuits como esos contribuyen a crear una falsa sensación de seguridad con relación a los candidatos vacunales cubanos.
Es más, contra todas las vacunas.
Sí, porque ninguna vacuna es efectiva 100 por ciento; y los cubanos son un pueblo muy desinformado con relación a la potencia médica, y en masa creyeron que ya con el ciclo completo de las vacunas eran inmunes al virus. A esta baja percepción de riesgo contribuyen los tuits politiqueros, sin evidencia científica alguna, como este de la periodista de Díaz-Canel, Leticia Martínez Hernández, a la que desde ayer están madurando en Twitter, sin que ella se dé por enterada.
