El periodista cubano José Luis Tan Estrada, expulsado en diciembre pasado de la Universidad de Camagüey por sus posiciones políticas, afirmó que no se arrepiente de haber roto con la prensa oficialista, aunque admitió que extraña dar clases.
“Cuando llevas más de ocho horas de apagón en el día y una tarde lluviosa, te da por escribir lo que la mente trae”, escribió Tan Estrada en su muro de Facebook, el mismo espacio desde el que criticaba los problemas cotidianos del país.
En un largo texto, el reportero relató que le encantaba enseñar Periodismo y Comunicación.
“Tenía estudiantes de diversos criterios y procedencias. Recuerdo que en el aula de Comunicación Social, había una que venía desde el municipio de Guáimaro cada sábado, solo por el hecho de no faltar a mi turnos de clases, los cuales no tenían nada del otro mundo, pero se sentían libres y ellos mismos, sin que nadie los cuestionara, o interrumpiera”, contó el periodista cubano.
Según sus palabras, sus alumnos podían soñar sus propios proyectos o implementar sus propias estrategias de comunicación. Respecto a sus estudiantes en la carrera de Periodismo, los definió como “un grupo especial”, por todo el talento que reunía.
“Con personalidades diferentes, dispuestos siempre a soñar, crear y a crecerse intelectualmente”, escribió Tan Estrada, antes de confesar con amargura que tras su “injusta” expulsión tuvo que alejarse de ellos, para evitarles posibles represalias desde la institucionalidad.
El rector de la Universidad de Camagüey, Santiago Lajes Choy, argumentó que Tan Estrada era expulsado de la alta casa de estudios “porque rompió con la Revolución”.
No obstante, la mayoría de sus alumnos se mantuvieron cercanos, aun le llaman para hacerle consultas y le dicen “profe”, un reconocimiento que le llena de orgullo.
“Extraño entrar al aula y hablar de podcasts, transmedia, marketing digital, Periodismo Hipermedia, semiótica de las redes sociales y como todo esto es esencial en el periodismo y la comunicación actual para llegar verdaderamente a las personas”, agregó el docente.
Con una evidente nostalgia, Tan Estrada añadió que extraña enseñar “ese periodismo objetivo, real, alejado de cualquier discurso vacío y lleno de propagandas, de no convertir a la figura política como el centro de la información, sino ir al detalle, a lo esencial, a lo novedoso”.
Tan Estrada afirmó que siempre trató de inculcarle a sus estudiantes que el periodismo es una profesión que se hace con el corazón.
“El compromiso con la verdad, sin importar los molinos de vientos que no soplan aire y están ahí, para obstaculizar nuestros caminos”, recalcó.
Por eso ratificó que no se arrepiente de la decisión tomada, “de estar al lado de los más necesitados, del cubano de a pie, contar sus historias y darle un poco más de oxígeno en esta batalla de supervivencia que tenemos”.
“Algún día volveré otra vez a las aulas a hablar de leads periodísticos, reportajes, entrevistas y a tratar de enseñar cómo podemos arreglar el mundo mediante nuestra pluma y tinta”, concluyó.