Tras meses de insinuaciones, rumores y un sinfín de «calurosos intercambios en redes sociales», Yulién Oviedo finalmente lanzó lo que muchos esperaban con bated breath: un tema junto a Bad Bunny.
Pero, como suele suceder en los mejores dramas de telenovela, lo que llegó fue una sorpresa envuelta en controversia y con el lenguaje más vulgar.
Y es que, en un giro inesperado y francamente rocambolesco, el cantante cubano decidió hacer uso de la inteligencia artificial para «crear» una colaboración con el boricua y fenómeno musical del momento: Bad Bunny.
El resultado: una tiradera soez dirigida a la cantante conocida como La Diosa de Cuba, que probablemente dejará a más de uno rascándose la cabeza y preguntándose: «¿Pero qué acaba de pasar?»
Ahora, adentrándonos en el trasfondo de esta «colaboración», recordemos que Yulién había estado alimentando la ilusión (o más bien la fantasía) de una colaboración real con el reguetonero puertorriqueño. Si en verdad esto se estaba cocinando – y ojo, Yulién tiene un talento musical indiscutible- pues quizás podría irse olvidando porque, Bad Bunny, desde un inicio se ha manifestado contrario al uso de su voz o la recreación de su voz en temas musicales donde él no ha participado.
Así lo hizo entender el Conejo Malo ante el viral NostalgIA creado por FlowGPT cuando afirmara en uno de sus canales oficiales: “Si a ustedes les gusta esa mierda de canción que está viral en TikTok, sálganse de este grupo ahora mismo. Ustedes no merecen ser mis amigos y por eso mismo hice el nuevo disco, pa deshacerme de gente así. Así que chu chu fuera”.
Y Yulién incluso le ha hecho tag a Bad Bunny en el título de su recién lanzado video, visto en Youtube y que él mismo, Yulién, ha ido posteando en los comentarios de las plataformas digitales que se han hecho eco de su diferendo con La Diosa de Cuba, quien ayer sacó un tema de tiradera contra el pequeño cantante.
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La «colaboración» llega meses después del «encuentro» entre Yulién y Bad Bunny, a la salida de este último de la gala de los últimos Premios Billboard. Un «encuentro» que fue verdaderamente digno de un guion de cine, donde el propio Conejo Malo, supuestamente impresionado por su tremendo flow, le preguntó quién era él y él le contestó que era el orgullo de Cuba.
Sin embargo, como muchos conocen y suele suceder en estos tiempos de realidad aumentada y fake news, la verdad salió a flote más rápido que lo que se compone una canción de reguetón. Resulta que el video del tan aclamado encuentro se hizo público demostrando que no pasó de un apretón de manos, un saludo y quizás un «Hola», si acaso un «¿Cómo estás?».
La historia, que podría haber sido un episodio descartado de «La Rosa de Guadalupe» por su falta de realismo, se convirtió en el preludio perfecto para el lanzamiento de esta «colaboración» que nos llega ahora de la mano de la IA.
En un mundo donde la inteligencia artificial promete revoluciones y soluciones, Yulién Oviedo decidió tomar un atajo hacia la fama, cruzando la delgada línea de la legalidad. Aunque en este momento se trata de un terreno aún sin regular, en tanto la voz no está considerada dentro de lo que se conoce como «propiedad intelectual», marco en el que sí entran aspectos como el derecho de imagen y de autor, utilizar la IA para lanzar una colaboración con X artista plantea interrogantes éticas y legales.
Y ojo, si bien Bad Bunny no participó en la letra del tema del creador de FlowGPT ni en la escandalosa la nueva entrega del cubano Yulién, cabe preguntarse si no podría emprender acciones legales por el uso de la imagen. ¿A caso no es Bad Bunny una marca conocida y registrada?
En conclusión, este capítulo de la saga urbana nos deja con una enseñanza clara: en la música, como en la vida, no todo lo que brilla es oro… y no toda colaboración anunciada a bombo y platillo termina siendo real.
Y mientras Yulién Oviedo se enreda en esta telaraña de controversias y el sarcasmo con la Diosa, quizás, en un futuro no muy lejano, recordaremos este episodio como aquel momento en que la música urbana se encontró de frente con la realidad aumentada.
