Cubanos descendientes de españoles originarios de Castilla y León, serían los preferidos por la Oficina de Repoblación de Paredes de Nava, para repoblar ese pequeño pueblo de España, cercano a Valladolid.
En un giro irónico de los acontecimientos históricos, tres familias cubanas con nacionalidad española están en camino de repoblar Paredes de Nava, un pueblo en Palencia, España. El movimiento, organizado por la Oficina de Repoblación de Paredes de Nava, busca canalizar la llegada de cubanos descendientes de castellanos y leoneses para su asentamiento en pueblos de la región de Tierra de Campos. Estos esfuerzos son una respuesta a un fenómeno denominado «la España vacía», que se refiere a la despoblación masiva en amplias regiones del país.
Durante las últimas décadas, España ha experimentado movimientos migratorios de gran calado, con personas que abandonan las zonas rurales en favor de las ciudades. Provincias como Zamora han visto cómo su población se reducía en más de un 31%, mientras que otras, como Baleares, han duplicado su población.
Este éxodo rural ha dejado vastas áreas de la península despobladas, con densidades de población comparables a las de Laponia en Noruega. España es el cuarto país, después de Estonia, Finlandia y Letonia, con más municipios en riesgo de despoblación, que representan el 42,2% de los municipios y solo el 2% de la población, señala el portal web Epdata.
Este fenómeno es notablemente marcado en comunidades autónomas como Asturias y Castilla y León, donde más del 85% de sus municipios tenían en 2020 menos población que en 1996. Entre 2000 y 2018, el 63,1% de los municipios y 13 provincias perdieron habitantes, recoge el propio portal web.
Hace siglos, los españoles emigraban a Cuba para repoblar, fundar ciudades, establecer negocios y hacerse ricos. La inmigración española a Cuba comenzó en 1492, y la mayoría del patrimonio europeo de los cubanos proviene de la península ibérica, con andaluces, canarios, asturianos, catalanes, gallegos y castellanos asentados en la isla2.
Existen muchos casos específicos de españoles que emigraron a Cuba y lograron un gran éxito económico. Es bien sabido que muchos españoles emigraron a Cuba y otros países de América Latina durante varios periodos de la historia y lograron establecer negocios exitosos, particularmente en los sectores de la agricultura, la industria y el comercio. Muchos de ellos también han contribuido significativamente a la cultura y la sociedad en sus nuevos hogares.
Entre esos, por familiar que resultan a quien les escribe, están las historias de tres españoles que fueron a Cuba y amasaron allá una gran fortuna: Nicolás Castaño, Tomás Terry y Esteban Cacicedo.
Nicolás Castaño y Capetillo nació en Sopuerta, País Vasco, España, en 1836, y llegó a Cuba en 1849. En Cienfuegos, trabajó en varios oficios, comenzando como dependiente de bodega y vendedor ambulante, y luego como empleado de Don Esteban Cacicedo. Fue escalando socialmente hasta convertirse en uno de los principales comerciantes de la ciudad en la década de 1880. Castaño tenía intereses económicos en diversas actividades, incluyendo el comercio al por mayor, la producción y venta de materiales de construcción, y la industria azucarera, siendo propietario de varios centrales azucareros. A principios del siglo XX, Nicolás Castaño y Capetillo era el hombre más acaudalado de Cuba.
Falleció en Cienfuegos en 1926 a la edad de 89 años, según reseña el portal Jaguabay.com
Tomás Terry fue un notable empresario y filántropo que nació en Cádiz, España, el 27 de febrero de 1825. A los 10 años, Terry se mudó a Cienfuegos, Cuba, donde su padre había establecido un pequeño negocio. Durante la Guerra de Independencia de Cuba, Terry mantuvo un perfil bajo para evitar problemas con las autoridades españolas. Sin embargo, después de la guerra, aprovechó las oportunidades comerciales que se presentaron y se convirtió en uno de los empresarios más ricos de Cuba.
Tomás Terry acumuló una gran fortuna a través de diversas empresas, incluyendo la agricultura, la minería y la banca. Además de sus actividades comerciales, Terry también fue un generoso filántropo. Donó grandes sumas de dinero para la construcción de edificios públicos en Cienfuegos, incluyendo el famoso Teatro Terry, que lleva su nombre.
Esteban Cacicedo Torriente, nacido el 26 de septiembre de 1849 en Ceceñas, provincia de Santander, España, emigró a Cuba buscando fortuna y se estableció en Cienfuegos.
Comenzó su carrera como dependiente comercial en 1865, pero pronto mostró su habilidad para los negocios. En 1867, se trasladó al pueblo de Esperanza, donde se estableció hasta 1872. A su regreso a Cienfuegos, formó la sociedad comercial Ruesga y Cacicedo, que funcionó hasta 1874, cuando se unió a la sociedad comercial García y Compañía. Este negocio, un almacén de víveres que también se dedicaba a negocios bancarios, se reestructuró en 1922 como Cacicedo y compañía SA en Cienfuegos, reseña la web oficialista cubana Ecured.
Cacicedo se casó con su prima Ramona de la Torriente, hija de acaudalados hacendados y comerciantes de Cienfuegos. A lo largo de su vida, Esteban Cacicedo se convirtió en uno de los hombres más ricos de la ciudad. Además de su gran casa de comercio, estableció el gran central Santa María en 1909 y fomentó la ganadería en el demolido central Carolina, a cargo de su hijo Isidoro. También fundó varios ingenios, comercios, bancos, firmas ganaderas y empresas arroceras.
Cacicedo también ocupó varios cargos públicos, incluyendo concejal del Ayuntamiento en 1878 y 1880, tesorero del Comité Directivo del Cuerpo de Bomberos del Comercio y presidente del Casino Español en varias ocasiones desde 1918. En 1887, era teniente del batallón de voluntarios de Cienfuegos. También contribuyó a la fundación del Asilo de Ancianos desamparados, a la institución de las Siervas de María y al establecimiento de los jesuitas, entre otras obras benéficas.
Esteban Cacicedo murió el 23 de agosto de 1932. Tras su fallecimiento, se constituyó en 1933 la Cacicedo y Compañía S. Ltd y se distribuyeron las acciones entre sus 6 hijos, Isidoro, Luis, Ramón, Rosalía, José María y Esteban.
¿Podrá alguno de los cubanos recién llegados a Paredes de Nava amasar una gran fortuna y regresar a Cuba después, como hicieron muchos españoles que se fueron a Cuba en siglos anteriores? El tiempo lo dirá.
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