Director de fotografía de Vampiros en La Habana cobra pensión de 1500.00 pesos y su hijo lo sostiene con trabajo de custodio

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Julio Simoneau Martínez, un importante director de fotografía del cine cubano, actualmente recibe una pensión de 1500.00 pesos cubanos, luego que una amputación le impidiera continuar trabajando en el cine, por lo que su hijo, Julito Simoneau, también fotógrafo, tuvo que emplearse como custodio del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) para ayudar a su padre ante la falta de cualquier otra atención por parte de la institución.

Esta situación fue denunciada por el usuario Dimas Eduardo García Monagas en el grupo privado de Facebook ICAIC la nostalgia de un recuerdo, de trabajadores de la entidad que monopoliza la producción fílmica en Cuba desde su fundación el 24 de marzo de 1959.   

“Hoy ha sido un día muy triste para mí, y lo publico en este grupo, porque sé que muchos lo saben, otros no, y es muy triste… Pasó por mi oficina de Sunset Visión, un amigo, un hermano, una persona muy noble, Julito Simoneau, que se acababa de contratar como custodio del ¿ICAIC? porque no hay trabajo, porque también, quiere ayudar a su papá, el profe Simoneau, que además de la enfermedad que padece fue amputado, coño, y ese hombre solo tiene un retiro de 1500 pesos, no quiero seguir porque tengo tantas ganas de decir…”, refiere García Monagas en su post, del que fue tomado un screenshot que está circulando por las redes sociales.

El “profe Simoneau”, nacido en Santiago de Cuba en 1935, tiene en su haber la fotografía de clásicos cubanos como Páginas del Diario de José Martí, dirigida por José Massip en 1972, junto a Jorge Haydú, del documental A veces miro mi vida (1981) de Orlando Rojas, sobre el cantante y activista estadounidense Harry Belafonte, ¡Gracias, Santiago! (1984), dirigido por Santiago Álvarez. También laboró en la famosa película animada ¡Vampiros en La Habana! (1985) de Juan Padrón, y en la cinta biográfica sobre Antonio Maceo, Baraguá (1985) del propio Massip. Además, como corresponsal de guerra participó en las guerra del Escambray y Playa Girón en 1961, en Cuba, y en los conflictos de Viet Nam (1972), Angola (1976) y en Etiopía (1977-1978)

La joven fotógrafa Laura Bustillo compartió el post y declaró que no pudo evitar que le doliera el pecho, pues Julito Simoneau “puede darnos cátedra” a las más nuevas generaciones de profesionales y su padre “también ha sido responsable de muchos títulos a los que hemos recurrido ya sea por ocio o por cultura. ¿Dónde está el ICAIC y qué postura tiene ante esto? ¿Dónde está el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social? ¿Un coronel cobra ahora mismo 10 400 pesos cubanos como retiro, acaso el arte tiene menos mérito? A todos los que estamos ahora mismo haciendo audiovisuales, todos los técnicos que nos dejamos horas y pagamos con lesiones lo que amamos hacer: ¿es esto lo que nos depara el futuro? ¿Qué coño es esto?”, reclama.

La joven productora Yamila Marrero Montero escribió en su perfil de Facebook que al leer el post de García Monagas “algo se desgarró dentro de mí. Lloré por alguien que no conozco personalmente, pero sí su larga trayectoria por la que siento profunda admiración”, y reflexionó que “salir a buscar un empleo (ajeno a su formación y potencial), para sostenerse él y ayudar a su padre de forma honrada, hablan mucho de su calidad humana. El ICAIC tiene un deber para con sus cineastas. Como sus colegas, también tenemos un compromiso para con Julito”, afirmó.

“Si es así, es una vergüenza. Los Simoneau son talento y abnegación para y con el cine cubano. Eso no hubiese sucedido con Julio García Espinosa ni con Alfredo Guevara. Son ellos profesionales de la cámara, uno hasta corresponsal de guerra, el hijo con amplísimo currículum artístico y cámara del Noticiero ICAIC también. Se merecen consideración y respeto”, declaró la promotora “Michi” Lamothe, del Festival de Cine de La Habana.

Laura N. Díaz Ravelo, hija del director cubano Daniel Díaz Torres, posteó que “Julito, como tantos trabajadores del ICAIC va quedando en el olvido de una institución que al parecer ya no ʽquiereʼ tanto a sus trabajadores como antes (el contexto del país no puede justificar la desidia). No es el primer caso tampoco. Espero que este post haga ruido porque ni Julito, ni nadie merecen esto. Gente que ha entregado toda su vida a su ‘pincha’ y a la institución que una vez fue bandera, ya no”.

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