Cuba
Dmitry Medvedev llega a Cuba. ¿Volvemos a los 60´?
La presencia de Medvedev puede suponer el regreso a la época del amparo ruso, solo que el espíritu de los cubanos de forjar una nación, ahora, no es tan fuerte como en los años 60´. Ahora en los “dosmiles”, el cubano prefiere salir y no quedarse dentro. Queda por ver si Medvedev puede devolverle al cubano la fe que un día les diera Nikita Khrushchev, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov, Konstantin Chernenko; y por qué no, Mijail Gorbachov.
La llegada a Cuba de Dmitry Medvedev presagia que sucederán muchas cosas en la isla caribeña. ¿Cuáles? No se sabe. No a ciencia cierta.
A excepción de los acuerdos anunciados, eso, lo que es público, no define lo que tras bambalinas pueda concertarse. Lo que sucede en esas “reuniones privadas” nunca es del dominio del pueblo, y la prensa, “al servicio de la población” nunca dirá una palabra.
Una cosa parece cierta para los cubanos. Rusia está dispuesta a “tirarle el cabo” a Cuba; tal y como lo hizo en los años 60´. No es la misma época, no es el mismo contexto, es verdad, pero la isla necesita como siempre ha hecho, de un hada madrina que le cumpla sus sueños; y esa, puede ser Rusia, porque Venezuela a duras penas puede sostenerse a sí misma.
Foto: ACN
Y es que en medio de la creciente hostilidad entre EE.UU. y Cuba, con la reciente aprobación de medidas para reforzar el embargo; la entrada en vigor del Título III de la Ley Helms-Burton, y la cacería de buques que suministran petróleo a Cuba desde Venezuela, la presencia de Dmitry Medvedev es mejor que la del famoso bálsamo de otro ruso: Schostacovsky, aquel que dicen podía curar todas las heridas, incluso las úlceras.
La idea es simple, o pudiera parecerlo. Rusia quiere en medio de una administración norteamericana más “belicosa” renovar sus lazos comerciales, militares y políticos con Cuba. Reuters dice que busca “su presencia en América Latina como contrapeso a China y Estados Unidos”, pero los chinos también buscan lo mismo.
Políticamente también ha brindado su apoyo a los gobiernos izquierdistas de la región, y aunque esta ayuda no es ni remotamente cercana a la que dieron cuando los años del CAME y de las guerrillas en varios países latinoamericanos, algo es algo.
Moscú, en los años de la Guerra Fría apoyó a La Habana hasta la saciedad. Miles de millones de dólares en combustible, granos, maquinaria; subsidios que un día terminaron y dejaron a la isla prácticamente en la ruina. Fue el primer atisbo real de que el gobierno revolucionario de Cuba desaparecería de la faz de la tierra; pero no, llegó el turismo. Y después llegó Venezuela.
Luego de varias firmas entre empresas rusas y cubanas en los últimos años llega Medvedev, y ya se habla de un “gran apoyo” en materia de agricultura, medicina e infraestructura, fundamentalmente.
Un acuerdo del Centro de Exportación de Rusia (REC) con Aviaimport en Cuba ppor valor de 21 millones de euros; otro acuerdo con el Banco Exterior de Cuba por valor de alrededor de 33,8 millones de euros y un estrechón de manos entre Medvedev y Díaz-Canel es más que ventajoso, práctica y simbólicamente hablando, para los cubanos.
A ello súmele las exportaciones cada vez más crecientes de medios de transporte, desde Rusia a La Habana. Entre minibuses, trenes y autos, el cubano “presiente” que el transporte en la isla pudiera mejorar o “estaría mejorando”. Lo malo es que no hay al parecer el suficiente petróleo para moverlos.
¿Combustible nuclear? ¿Energía nuclear?
Sputnik dice que “Moscú estará listo para convertirse en el socio estratégico de La Habana en el uso pacífico de la energía atómica si Cuba decide crear su propia industria de energía nuclear”, mientras recoge declaraciones del primer subdirector del personal del gobierno ruso, Sergei Prikhodko.
Prikhodko dijo que los cubanos “no planean crear una industria de energía nuclear en el país”. Sin embargo, dijo que si ellos – los cubanos – reconsideraran esa decisión, “Rusia estará lista para convertirse en el socio estratégico de Cuba en esta área.”
“Los requisitos previos están ahí, Incluyendo al personal altamente capacitado, físicos profesionales cubanos e ingenieros nucleares, que se graduaron de las universidades soviéticas y rusas“, dijo Prikhodko a los periodistas antes de la visita del primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, a Cuba del 3 al 4 de octubre. Pero, ¿se acordará el 60% de ellos de lo que hace 30 años estudiaron?
“Actualmente se están discutiendo varios proyectos interesantes sobre los llamados usos no energéticos del átomo pacífico. Específicamente, estamos hablando del uso de la tecnología nuclear en medicina y agricultura“, agregó el funcionario, y el fantasma de Chernovil y de la termonuclear de Juraguá, se alejaron de la mente de quienes le escucharon.
Los cubanos prefieren los 60´que los 90´
Aunque una encuesta oficial no ha sido hecha en la calle, me atrevo a asegurar que los cubanos preferirían 100 veces más que llegaran los 60´- o los 70´o los 80´- que la triste década de los 90´con su “Periodo Especial“.
De hecho, la dirigencia cubana se aferra a decir que, a pesar del reforzamiento del embargo, no hay en estos momentos un periodo especial en Cuba; y que por ejemplo, el colapso con el combustible a principios de septiembre se debió a una situación coyuntural, aunque para nadie es un secreto que, a medida que Venezuela sufre los efectos de las sanciones económicas de los Estados Unidos, la corrupción de varios de sus dirigentes y el robo de capitales por parte de muchos, a Cuba se le van las manos del salvadidas carioca.
Aunque no han tenido lugar apagones de consideración en el último mes, todavía persiste la escasez de alimentos, aunque no tan escandalosa como hace unos meses que desaparecieron de las tiendas el pollo, el aceite, por mencionar dos ejemplos; y persiste además el déficit de medicinas.
Lo que preocupa es el transporte. Y la gasolina para moverlo. Dmitry Medvedev no sé si esté dispuesto, a nombre de su gobierno a ofrecerla como hace 30 años, pero Cuba la necesita.
La agencia norteamericana AP recogió declaraciones de cubanos que esperaron hasta una hora y media para poder tomar un taxi.
Varias empresas cubanas han recortado sus horarios de trabajo, y en muchas Universidades – las que permanecieron abiertas en la segunda quincena de septiembre solo ofrecieron clases de dos a tres días a la semana, pues otras simplemente cerraron hasta octubre.
Las colas en las gasolineras son cada vez más significativas, y los choferes han optado por ir de madrugada, que es un horario donde menos autos hay en fila para abastecerse; pero hay carros. Y por ahora, gasolina en algunos servicentros.
El economista y profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, Carmelo Mesa-Lago, dijo recientemente en una conferencia sobre la economía cubana en Miami que esta “es la peor situación económica para Cuba desde la década de 1990”.
El gobierno, en medio de esta situación hizo una apuesta arriesgada: aumentó los salarios públicos y las pensiones para más de 2 millones de personas, a la vez que impuso férreos controles a los precios de varios productos y servicios.
Incluso, ha logrado que un grupo de cubanos sienta como necesario denunciar actitudes delincuenciales – hasta una app crearon para ello – , y también que hasta choferes de autos y motos particulares paren en las paradas a recoger personas.
Esa “solidaridad sesentera”, no se vio en los 90´, cuando el gob ierno debió poner en la calle varios cuerpos de transporte para ayudar a mover las personas dentro de las ciudades y entre las provincias.
La presencia de Medvedev puede suponer el regreso a la época del amparo ruso, solo que el espíritu de los cubanos de forjar una nación, ahora, no es tan fuerte como en los años 60´. Ahora en los “dosmiles”, el cubano prefiere salir y no quedarse dentro. Queda por ver si Medvedev puede devolverle al cubano la fe que un día les diera Nikita Khrushchev, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov, Konstantin Chernenko; y por qué no, Mijail Gorbachov.
nota: foto de portada referencial
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