Fotorreportaje: El transporte en La Habana después de la llegada del barco

Por Silvia Alemán Fundora

Dos días después de estar el navío en el mar de Cienfuegos, la “situación coyuntural” sigue sin mejorías. Nada parece estar garantizado en el transporte en La Habana, luego de la llegada del barco

Ante la llegada del buque anunciado para el sábado 14, el pueblo cubano tenía la esperanza rara de que se aliviara la situación más crítica en cuanto a transporte que ha vivido el país en las últimas décadas. Miguel Díaz-Canel había sido enigmático con respecto a la procedencia del barco durante su intervención en la Mesa Redonda y aunque aclaró que no alcanzaría para abastecer la demanda, aseguraba: “Solo hay que aguantar unos días”.

 

El fin de semana fue caótico en las paradas. Las colas eran enormes y duraban horas. La gente comentó que había designado la salida de dos guaguas por cada ruta para la mañana y dos para la tarde. Quien podía pagarle un CUC al taxi particular, lo hizo; otros optaron por capturar “botellas”, cazar un taxi estatal o esperar que la policía parara un carro estatal.

Las guaguas Transtur y Astro, que generalmente no recoge a las personas varadas, trasladaban sin cobrar. Muchas calles estaban vacías, sin carros ni transeúntes. Parecía una ciudad fantasma. Hoy en la mañana, dos días después de estar el navío en el mar de Cienfuegos, la “situación coyuntural” sigue sin mejorías. Los habaneros que tenían que ir a la escuela o a trabajar debían madrugar, estar dispuestos a esperar, caminar. Resignarse.

Es lo más cerca que hemos estado del Período Especial ocurrido en los 90 –dice Alfredo, de 54 años. “Quizás empiecen los apagones y la escasez de alimentos. Lo que he notado es solidaridad humana. Muchas personas, cuando están encima de una guagua, tratan de ayudar a los de abajo, entre ellos me incluyo. Creo que esa es unidad necesaria”, concluye.