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Animales

Peligroso hueco en calle habanera se cobra otra víctima

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La denuncia del hueco en la calle lleva años.

¿Y si hubiese sido una persona?, se pregunta la denunciante habitual de este peligro.

En más de una ocasión la activista por los derechos animales Odalys Jaramillo ha advertido sobre un hueco en lo que presuntamente debería ser una acera, pero que no existe, en una calle de La Habana, muy cerca de su casa.

Ahora, la animalista ha vuelto con su denuncia y no es para menos. Un pequeño cachorro, que responde al nombre de “Simba” cayó en el hueco, y fue  arrastrado por la corriente del río que pasa por debajo de ese hueco colindante con la calle.


¿Y si hubiese sido una persona? Esa es la pregunta que hace Odalys, y que se ha venido haciendo durante meses y años.

¿Y si alguien mete el pie en el hueco, se cae, se fractura la tibia, el peroné, el fémur o una cadera? Esa es otra pregunta que se hace Odalys.


De hecho son estas dos preguntas las básicas en su demanda ante todos los niveles. La respuesta definitiva, la solución, nunca ha llegado.




Los vecinos del lugar están acostumbrados “al hueco” en la calle. Saben dónde está. Lo esquivan hasta con el inconsciente; incluso bajo los apagones “ven” el hueco en la calle; pero, ¿y el que no es residente en la zona? ¿el que viene de visita? Cualquiera puede ser una víctima, como mismo lo fue hoy Simba.

Odalys, casi que convertida en una fotorreportera, nos ha tenido hoy al tanto del asunto. Lo ha recogido todo, y nos ha regalado las imágenes de quienes, a mi entender, son las personas más valientes de este mundo y las más desinteresadas: los bomberos.


Pero, ¿por qué hay que acudir a los bomberos cuando la gestión no debería ser llamarlos, sino evitar llamarlos? ¿Por qué no se tapa el hueco definitivamente? ¿Por qué no se sella?

La iniciativa ciudadana, esa que tanto y durante tantos años ha intentado coartar el gobierno de la isla -limitada por recursos y temerosa de incurrir en un delito o contravención- no puede hacerse cargo de una obra que requiere conocimientos de ingeniería. Mientras, como han podido han tratado de evitar una catástrofe. Con una reja de hierro, nylons, cartones, tubos, piedras…, pero por una de esas rendijas “escapó” hacia la muerte Simba.




“Es tan solo un perro”, podrán responderle a Odalys, que siente en carne propia como muy pocas personas el dolor de un animal, no digo yo la muerte de uno.

Urge concretar esfuerzos, estrategias, en aras de lo correcto. En este caso, tapar el peligroso hueco que está en la calle

Lo penoso, en todo esto, es la alerta que me lanza una amiga en común que tengo con Odalys en la red social de Facebook.

“La pobre, dice, menos mal que es solo eso, porque aquí por poner una cosa en Facebook que no le conviene al gobierno, te pueden meter una multa de 3000 pesos”.

Ariel P.

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