En Cuba y Miami, ya no hay quien quede indiferente ante el nombre de Yarelis, el deseado amor no correspondido de Lázaro que se volvió viral y que a pesar de que en su momento había pedido que la dejaran en paz por lo delicado y personal de la situació, ahora al parecer ya se siente cómoda dentro del mundo de los “influencers”.
Como es característico en las redes sociales, todo lo que se encuentra en ellas genera reacciones y comentarios y las temidas polémicas y críticas, algo de lo que la nueva influencer cubana tampoco se salva.
Con más de 30 mil seguidores, Yarelis está enfrentando sus primeras polémicas, y su nombre incluso ha llegado al programa oficialista Con Filo, a lo cual ella no ha dudado en responder desde sus historias de Instagram.
En un extenso texto compartido en esta plataforma, Yarelis expresó: «Como le he dicho a muchos, no elegí irme viral, no elegí tener 30 mil seguidores en 10 días, no elegí este trabajo de vivir dentro de las redes más que en la vida real, pero el trabajo me eligió a mí».
Además, compartió “Y de la nada llegó un equipo de manager, representante, cámara, productor y sponsor de todas las áreas del mundo solo para darme un trabajo digno y demostrarme que se puede siendo de pueblo, de campo, sin lujos ni comodidades incluso sin hacer nada, solo sucedió”. «Ahora estoy aprendiendo a ver si sirvo para esto», concluyó.
Respondiendo también a las críticas y las polémicas, Yarelis, que ha asumido roles como promotora de varios negocios en Cuba y Miami, y en una especie de muestra de sus logros, compartió estadísticas sobre uno de sus últimos reels en Instagram.
“Ahora los súper creadores de contenido, los que más saben los que se burlan con 50 seguidores, les molesta que uno coja en 30 min 30 mil reproducciones orgánicas, después es uno el que está mal”.
Haciendo referencia a su mención en Con Filo, Yarelis comentó con humor: «A 1000 vistas por minuto a las 10 de la noche déjense de abuso que hasta Con Filo está hablando». Incluso, no dudó en utilizar términos propios de las redes, alejados del contexto cubano, como «da cringe, pero me encanta el cringe».
El fenómeno Yarelis-Lázaro sigue siendo tema de conversación, dividiendo a la audiencia cubana en equipos que defienden a cada uno a toda costa, proporcionando una «distracción» para aquellos que buscan evadirse de las calamidades y crisis diarias que se enfrentan en la Isla.
