Unión Eléctrica de Cuba responde «preguntas» de la población

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La Unión Eléctrica de Cuba respondió a través de su portal a un grupo de preguntas, aparentemente escogidas -entiéndase seleccionadas- con las que intentó darle un poco de transparencia a su gestión y más que nada calmar a la población, que a juzgar por lo que cuentan desde la isla están a punto de la desesperación con los apagones.

Bajo el título de «Respuestas ante interrogantes de la población con respecto a la desconexión del servicio eléctrico por deficit de generación», la periodista Glenda Velázquez seleccionó algunas de estas preguntas que contienen la mayoría de las preguntas posibles que pudieran explicar el porqué de tantas roturas continuas en las distintas unidades eléctricas del país que a la larga provocan su salida del sistema eléctrico nacional.

Un sistema cuya generación se sustenta de la siguiente manera, según lo explica la Unión Eléctrica de Cuba:

  • El 40.6% de la potencia de generación se produce con centrales termoeléctricas
  • 21.7% con motores a fuel oil
  • 21.9 % con motores a diésel
  • Casi el 8% se produce con el gas acompañante de la producción de petróleo
  • 5% con fuentes renovables de energía (agua, sol y viento)
  • Cerca del 3% restante se produce en las unidades flotantes enclavadas en el Mariel.

La Unión Eléctrica de Cuba aclaró que «el sostenimiento del sistema eléctrico es costoso».

Y expresa:»La mayoría de los insumos empleados son importados y el servicio se cobra en moneda nacional».

La Unión Eléctrica de Cuba confirma que las averías en las unidades de generación del sistema eléctrico nacional tienen varias causas.

«La de mayor peso, es el hecho de que nuestro parque de generación base está envejecido», expresan en su publicación. «En el país existen 8 centrales termoeléctricas con un total 19 bloques en explotación, más uno nuevo que se debe incorporar en los próximos días, tras culminar su fase de ajuste y puesta en marcha (la unidad No. 6 de la termoeléctrica del Mariel), estos constituyen una parte importante de la generación base del sistema eléctrico».

Luego añade:

«La vida útil de una termoeléctrica está entre 30 y 35 años, en nuestro caso excepto los dos bloques de Felton, que tienen 25 y 21 años sincronizados, respectivamente, todos los demás tienen más de 30 años de explotación y 7 de ellos tienen más de 40 años trabajando».

La Unión Electrica de Cuba aclaró además que debido a las roturas imprevistas, aquellos mantenimientos planificados que debieron realizarse en otras, se vieron entonces postergados.

«Esto ha provocado que en la actualidad 16, de las 19 unidades, trabajen fuera de sus ciclos de mantenimiento capital, algunas de ellas por más de 2 ciclos», expresó la entidad, que también agregó una tercera causa conocida por todos y comodín para justificar los males del gobierno: «las limitaciones financieras que nos causa la aplicación del capítulo tres de la Ley estadounidense Helms-Burton y todo el paquete de sanciones de la administración de ese país».

Ello impide, dice la Unión Eléctrica de Cuba, «que podamos adquirir los recursos materiales necesarios para las reparaciones o tener acceso a líneas de crédito de instituciones financieras internacionales».

La cuarta causa, y de la cual no se habla mucho porque se desconoce, es que las unidades de generación cubanas estaban diseñadas básicamente para operar con un determinado tipo de combustible: el traído principalmente de la extinta URSS.

En ese sentido, tras desaparecer la URSS y desintegrarse el llamado «campo socialista», comenzó a utilizarse otro tipo de combustible de una calidad diferente, y por tanto se debió hacer una readaptación de los sistemas de combustión de las termoeléctricas, «para que quemaran el crudo nacional, que tiene características químicas -con mayor componente de sulfuro- que obligan a incrementar el régimen de limpieza de las calderas».

Esto provoca evidentemente que la posibilidad de roturas sea mayor, pero también los obliga a acortar los plazos de los mantenimientos y que estos se complejicen.

«Hoy nuestros bloques térmicos presentan una situación de deterioro que se ha ido agravando en el tiempo, haciendo que pierdan su estabilidad y seguridad, con muchas salidas imprevistas por averías y profundas limitaciones de potencias, de modo que no garantizan tiempos de permanencia en línea ni la potencias disponible necesaria, que permitan planificar y ejecutar los mantenimientos como es debido», apuntó además en otra de sus respuestas la Unión Eléctrica de Cuba.

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