Ron DeSantis y el proyecto de ley que facilitaría demandar a los medios de comunicación

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Hasta las fuentes anónimas y protegidas por los medios de comunicación se ven perjudicadas

Un proyecto de ley respaldado por Ron DeSantis, podría facilitar las demandas contra los medios de comunicación – al menos en la Florida – y el debate ahora se centra en sí, colude o no esto con la Primera Enmienda de la Constitución en los Estados Unidos.

Por sí o por no, ¡tengan cuidado!

O quizás no tanto, porque siempre nos quedarán las cortes para defendernos, y no dude nadie que este Proyecto de Ley, si se aprobase, sea llevado a los tribunales.

Con una Tallahassee en manos de los republicanos, no dudemos que el proyecto de Ley, que está siendo impulsado por los legisladores estatales con la venia del gobernador Ron DeSantis, será aprobado.

«Un proyecto de ley para tener derecho ante un acto relacionado con la difamación, la falsa luz y publicación no autorizada de nombres o semejanzas, modificando siempre que las disposiciones sobre el privilegio del periodista no se aplican a demandas por difamación cuando el demandado es un profesional, periodista o entidad mediática».

¿Qué les parece este resumen? Dicho así, los periodistas en la Florida tendrían que andar con pies de plomo y escribir cada palabra con mesura y… ya hablaremos más adelantes sobre «las fuentes».

El desafío a la Primera Enmienda

Este facilitaría que «las personas prominentes demanden a los medios de comunicación por difamación», desafiando así la Primera Enmienda y cada una de las protecciones que la Corte Suprema de los Estados Unidos le ha dado a la prensa.

Aquellos que no han visto The Post, se la recomiendo para que entiendan un poco sobre la Primera Enmienda, la prensa en los Estados Unidos, la Constitución y la Corte Suprema.

Dicho esto, pasemos al meollo del asunto, que no es otra cosa que la versión inicial del proyecto de ley presentado el lunes en Talahassee por el legislador Alex Andrade, republicano de Pensacola.

Tal y como fue presentado el documento fue retirado; pero horas después, el martes, fue reemplazado por uno nuevo con disposiciones adicionales (HB 991)

La legislación propone cambios radicales a la ley de calumnias y difamación de Florida, bajo una presunción importante. Y es esta:

Según este proyecto de ley, se presume de facto que «la información de fuentes anónimas es falsa» y por ende «elimina las protecciones que permiten a los periodistas proteger la identidad de las fuentes si son demandados.»

Por si fuera poco, limita la definición de quién calificaría como figura pública.

DeSantis, ha abordado este tema en el pasado.

El diario Orlando Sentinel indica en una nota que «a principios de este mes, DeSantis pidió a la Legislatura que actuara sobre lo que él llama “prácticas de difamación de los medios heredados”.

El medio señala que DeSantis «se ha enfrentado con los medios de comunicación durante su mandato, acusando a los medios de cobertura injusta de sus políticas».

“Hemos visto en la última generación que los medios de comunicación heredados se separan cada vez más de la verdad y, en cambio, intentan elevar las narrativas preferidas y el activismo partidista sobre informar los hechos”, dijo DeSantis.

“Cuando los medios me atacan, tengo una plataforma para contraatacar. Cuando atacan a los ciudadanos comunes, estos individuos no tienen los recursos adecuados para contraatacar. En Florida, queremos defender a los pequeños contra estos conglomerados masivos de medios”.

El diario floridano cita a Kevin Goldberg, un especialista en la Primera Enmienda de la organización Freedom Forum, quien calificó el proyecto de ley como un “ataque a la libertad de expresión protegida constitucionalmente identificado en varios casos de la Corte Suprema”.

“Hay muchas maneras en las que esta ley no solo está diseñada para castigar específicamente a los reporteros, sino también para proteger a quienes están en el poder y, francamente, sofocar la libertad de expresión”.

Bobby Block, director ejecutivo de la fundación, que trabaja para un grupo de defensa de la libertad de expresión sin fines de lucro, dijo sobre la legislación que es mala para el discurso público.

“Está etiquetado como una cosa, pero en realidad amenaza con aplastar un vigoroso debate público y transformar completamente el entorno de los medios”

Block dijo que el proyecto, a las claras, no beneficia al «pequeño individuo», pues en teoría serían – y son – los ricos y poderosos los que «suelen presentar demandas por difamación».

¿Con qué objetivo?

Con el objetivo de «silenciar el discurso que no les gusta.»

“La calumnia y la difamación nunca han sido el lugar al que acuden los pequeños”, dijo.

“La mayoría de los pequeños no tienen la capacidad de demandar. La mayoría de los pequeños no tienen la capacidad de defenderse cuando alguien los demanda”.

Ya estos debates prensa vs figuras públicas, fuentes y Primera Enmienda tienen larga data en las cortes.

Sin embargo, lo que sí quedó claro luego del histórico caso de la Corte Suprema de New York Times vs Sullivan de 1964, es que se creó «el umbral de ‘malicia real’ para las demandas por difamación.»

Y esta claro, que quien tiene dinero para llevar estos asuntos a las cortes siempre tendrá las de ganar.

Pero esto de la malicia real, al menos hasta ahora ha funcionado.

El demandante tendría que probar que la persona que publicó tal cosa lo hizo con «conocimiento real de que la declaración es falsa o un desprecio imprudente por la verdad”, en lugar de solo negligencia. O que lo ha inventado, en todo caso.

En el caso de los periodistas que trabajan con fuentes, y cuya información puede ser contrastada, es casi improbable que puedan argumentar «malicia real» por parte del periodista o del medio.

La propuesta de ley no solo limita la definición de figura pública para excluir a las personas cuya notoriedad surge únicamente de defenderse públicamente de las acusaciones, sino que, peor aún, amplía la definición de malicia real, como especificar que una declaración viola el estándar si es «fabricada por el acusado, es producto de su imaginación o se basa completamente en un informe anónimo no verificado».

La propuesta de la Florida a todas luces, concluye Orlando Sentinel, «podría provocar una batalla en la Legislatura y, si se aprueba, un desafío constitucional.»

¿Estará protegiéndose desde la Florida el gobernador Ron DeSantis de sus críticos? ¿Se estará blindando camino a la presidencia? Muy probablemente esto no llegue a ninguna parte. Pero ojo, tal vez sí. Y si llega, pondría en tela de juicio a uno de los pilares de la democracía estadounidense: la libertad de prensa. El derecho a informar y ser informado.

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