Regla Torres se cansó de callar. La famosa voleibolista cubana, uno de los símbolos de las Morenas del Caribe, culpó al Inder de los malos resultados del voleibol cubano y consideró que hay muchos “satélites” en puestos de poder dentro del deporte que han hecho mucho daño a la escuela cubana de ese deporte.
En un extenso texto publicado en su perfil de Facebook Torres, señaló: “Quiero expresar mi agradecimiento a todos los que me han contactado preocupados, preguntando que cómo me sentía, que cómo estaba mi madre o que si me había ido ya para Rusia. Parece que esa fueron las excusas que se les dio a las personas que preguntaron por mi allá en Chile cuando no me vieron en los juegos Panamericanos. Eso no es verdad, nada de eso es así. Yo no sé a cuantas personas se le habrá dicho eso, por eso tengo que decir públicamente la verdad”.
Torres reveló que tomó la decisión de no trabajar con el equipo cubano de voleibol porque se sentía de alguna forma defrauda.
“Yo me senté con el presidente la Federación Cubana de Voleibol y le dije que no iba a participar en los Juegos Panamericanos, y que aunque si iba a continuar trabajando en la escuela, ya no trabajaría más con el equipo nacional. Tomé esa decisión cuando regresamos de los torneos de República Dominicana y Canadá. A las personas que preguntaron se les tenía que haber dicho la verdad. Porqué no fue así? No voy a permitir ningún tipo de mentiras ni de escondedera con respecto a mi persona porque yo hablo clarito. Si algo me caracteriza, y las personas que me conocen lo saben bien, es que siempre voy de frente me cueste lo que me cueste y eso me ha costado mucho, muchísimo”, dijo.
“Llevo 15 años trabajando en la Escuela Nacional de Voleibol. Llegué con la esperanza después de los Juegos Olímpicos del 2008 de aportar experiencias aprendidas. Todo el mundo sabe que cuando uno se retira y comienza como entrenador@ tiene que ir dejando su mentalidad de atleta y asumir poco a poco su nueva responsabilidad, eso es cierto», añadió.
“Por mucho tiempo he visto como agoniza el voley femenino desde adentro. Equivocaciones, malas decisiones, capricho, orgullo, mediocridades, incapacidad, falta de compromiso, la falta de disciplina que conlleva a malos resultados, la infladera, la mentira, los satélites, los especialistas que llegaron a acabar con la escuela cubana de voleibol, los estudiosos, los tira piedras, ME TIENEN CABR@NA HACE RATO, y uno ahí mirando toda la mierda correr a cántaros, con el alma rota, viendo día a día cómo personas que no tuvieron nada que ver con nuestra historia, que es muy grande, más grande que nosotras mismas, la arrollan, le pasan por arriba a lo que un día fue, sin misericordia”.
La deportista dijo que durante muchos años ha tenido un sentimiento de impotencia ante la caída en picada del voleibol femenino en Cuba.
“Nosotras tenemos parte de culpa, digo solo parte porque entiendo el sentimiento de impotencia, desaliento, decepción de nunca haber sido tomadas en cuenta para nada, ni en nuestro deporte ni en el INDER”, explicó.
Y citó la relación y las enseñanzas del entrenador Eugenio George que condujo a las morenas del Caribe a lo más alto del voleibol mundial.
“Eugenio siempre dijo que cuando dejáramos de ganar nadie se acordaría de nosotras. Tuvo razón. Por eso cuando en algún momento se hizo una especie de convocatoria nadie asistió, ya no querían saber nada más por tanto maltrato”.
Hay puestos ocupados en la escuela por las que no se ha hecho ninguna. Puestos ocupados por satélites. Yo sé que si alguien se hubiera sentado, independientemente de los sentimientos de cada cual que son todos dolorosos, y las hubiera convocado de verdad a una reunión seria y se les hubiera pedido ayuda de verdad y sin orgullo, ellas estuvieran ahí al pie de cañón y aquí en la caliente. No todas hubieran sido entrenadoras, para eso hace falta vocación, pero sí trabajando en otras funciones igual de importantes, referentes a la disciplina y sembrando valores que tanta falta que nos hace. Ejemplo de eso tenemos a la difunta Chela, esposa de Eugenio y directora técnica, de la escuela cubana, femenino y masculino, que sin ser entrenadora era lo máximo y me atrevo a decir que en ocasiones hasta por encima de él mismo”, dijo.
Torres confesó que cuando ve partidos viejos llora «por mis compañeras y por mí”.
“Cuando las miro a cada una recuerdo sus lesiones, las lágrimas derramadas por regaños, por cansancio, por dolores y apretar los dientes y seguir. Los sacrificios por años, los entrenamientos diarios entre 6 y 8 horas diarias, la sangre en el tabloncillo por los raspones, las operaciones. Entregando todo, pero todo día a día por tanto tiempo, no se es tres veces campeonas olímpicas y 3 mundiales entre otras cosas de otra manera. Nuestras fajazones y reconciliaciones a la hora de jugar, nuestra hermandad imperfecta y dura, porque sé que aunque no tenga la mejor relación con alguna, a la hora necesite ahí va a estar sin condiciones, fuimos un equipo de locas luchadoras, pero son mis locas por siempre. Lloro en silencio por tanta incomprensión y también por tanto descaro, porque se ha escogido la manera más fácil, (ellas no quieren apoyar) y no tratar de hablarles con el corazón en la mano, eso no ha existido por parte de nadie nunca”.
La destacada voleibolista añadió que se encuentra trabajando de entrenadora.
“En cuanto a mi, yo si estoy ahí. 2da 3ra entrenadora no alcanza, puedes sugerir pero hasta ahí por un problema de ética profesional. Me he visto como la entrenadora está ahí para imponer un poco de disciplina, hasta donde se le permita, por supuesto y basta. Me niego a seguir así, me niego a ser el capataz del voleibol, a ser la mala, mientras otros por detrás pasan la mano e intentan quitarte la fuerza moral para ser los buenos de la película. Me niego a que mi nombre ganado a pulso se siga arrastrando por la mierda sin tener voz ni voto prácticamente. ME NIEGO”, añadió.
La deportista lanzó antes de finalizar una alerta.
“Me queda mucho por decir, pero por ahora basta. Ando a caballo y con el hacha en la mano, no machete. ESTOY MUY CABR@NA Y AVERGONZADA, y si alguien se atreve a llamarme para llamarme la atención más le vale tener buenos argumentos para convencerme de lo contrario. La segunda vez que hablé de esto será sin misericordia”.