Racismo en TV y abandono en Cuba: Las historias de la actriz Tamara Castellanos y el exboxeador Ariel Hernández

Havana
nubes dispersas
30.2 ° C
30.3 °
30.2 °
62 %
5.1kmh
40 %
Mar
30 °
Mié
29 °
Jue
31 °
Vie
30 °
Sáb
30 °

Dos rostros conocidos para los cubanos, el boxeador y medallista olímpico Ariel Hernández, y la actriz Tamara Castellanos, han sido noticias «en las redes cubanas», por temas absolutamente desesperanzadores. Uno, el racismo; el otro, el abandono del gobierno a un atleta retirado en Cuba.

La reconocida actriz cubana Tamara Castellanos, con una extensa carrera en radio, teatro y televisión, ha hablado abiertamente sobre el racismo en los medios de comunicación de Cuba, al señalar que este es una realidad en los medios cubanos.

Castellanos, en una entrevista concedida a la revista OnCuba, criticó la práctica de establecer cuotas para actores negros, mujeres y homosexuales en las producciones audiovisuales, cuestionando la necesidad de tales medidas; y mencionó que, aunque hay excepciones, rara vez se ven actores negros en roles protagónicos en las producciones dramáticas cubanas. Admitió además que la disponibilidad de actores negros, especialmente en ciertas edades, es limitada, lo cual atribuye a una historia más larga y compleja.

Castellanos dijo que ha enfrentado desafíos en su carrera cinematográfica debido a su color de piel, pues algunos directores la consideran «mulata» – algo que no existe – y otros la consideran negra, lo que ha dificultado que «encaje en los perfiles buscados para ciertos roles».

A ello se suma, aunque Castellanos no lo dijo, que todo esto se encuentra enmarcado en una sociedad patriarcal y racista, donde ella, mujer tiene que enfrentar el doble estigma: de ser mujer y ser negra.

Otro que «tiene un estigma menos», por ser hombre, es el exboxeador Ariel Hernández Azcuy.

El bicampeón olímpico cubano en boxeo, ganador de dos medallas de oro olímpicas en Barcelona 1992 y Atlanta 1996, ha enfrentado una realidad bien difícil después de su carrera deportiva, a la que también podría sumársele el racismo.

Actualmente, sumido en el olvido «deportivo» y con recursos económicos insuficientes, recibe solo 7 mil 200 pesos, una cantidad que no le alcanza para vivir dignamente.

El sueldo lo percibe no como entrenador, profesión esta en la que sin dudas pudiera aportar mucho más, sino como custodio en una mipyme, un trabajo digno como otro cualquiera, pero sin dudas injusto para su calibre como leyenda del boxeo cubano.

La historia de Hernández, quien fue una estrella en la categoría de 75 kilogramos en su momento como boxeador en activo, recuerda mucho la de otra leyenda del boxeo, el campeón mundial Douglas Hernández. Los dos, de igual apellido, tras su retiro, cayeron en el mundo de las adicciones, entrando en un ciclo de fiestas y alcohol, del cual logró salir Ariel gracias al apoyo de su familia y amigos. Douglas, no sobrevivió para contarlo.

Curiosamente la historia de Ariel Hernández Azcuy, tiene puntos en común con otra recién conocida: la del exboxeador y también campeón olímpico Mario Kindelán. Ambas historias de vida reflejan el dramático contraste entre el pasado glorioso que vivieron como atletas, y su presente en el anonimato, luchando contra dificultades económicas y el olvido de sus logros deportivos.

Kindelán, Mario Kindelán, doble campeón olímpico cubano en boxeo también, intentó vender la medalla de oro olímpica conseguida en Atenas 2004, para construir una casa a su madre en Cuba.

Quería obtener 5,000 dólares por la medalla, e intentó vendérsela al boxeador británico Amir Khan, a quien Kindelán había vencido en la final; este, sin embargo, se negó a comprarla y en cambio, le regaló el dinero que necesitaba el cubano.

Khan expresó su tristeza al ver la situación de Kindelán, destacando su importancia como uno de los mejores boxeadores aficionados de Cuba y medallista olímpico. Aseguró que era importante que Kindelán conservara su medalla, prometiéndole nunca venderla y enviándole el dinero para la casa de su madre.

tal vez quieras leer: Boxeador Mario Kindelán quiso vender su medalla olímpica para construirle una casa a su madre en Cuba

Las «pequeñas preguntas» que ahora flotan en el aire son ¿qué sucedió con la otra moneda de oro conseguido por Kindelán en Sidney 2000? ¿La conserva? ¿La vendió? ¿Qué hizo Ariel Hernández con sus dos preseas doradas?

La gran pregunta, superior incluso a la suma de las anteriores es, ¿a qué punto ha llegado el Estado y Gobierno cubanos, que dos glorias olímpicas de su boxeo tengan que acudir a estos casos extremos para poder sobrevivir?

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.89 x LBENVÍA AQUÍ
+