El ex boxeador cubano Mario Kindelán, doble campeón olímpico de Sydney 2000 y Atenas 2004, quiso vender la medalla de oro que ganó en la olimpiada griega al rival que venció en esa competencia, el británico Amir Khan, pero este se negó a comprarla.
Kindelán trató de vender su presea para obtener 5000 dólares para construirle una casa a su madre en Cuba pero el británico no accedió y en cambio le regaló el dinero.
“Fue triste ver a un tres veces campeón mundial amateur, uno de los mejores aficionados que jamás haya salido de Cuba y dos veces medallista de oro olímpico. Ver eso me duele. Me dolió cuando me decía que no tenía dinero, así que le di algo de efectivo. Pero entonces me preguntó si quería comprarle la medalla de oro”, dijo Amir Khan al periodista Michael Benson, de talkSPORT.
“Al principio pensé que estaba bromeando, pero realmente quería venderme la medalla para poder construirle una casa a su madre. La familia es muy pobre y quiero construirle una casa», me insistió. Le pregunté cuánto podría costarle la casa y me respondió que 5000 dólares. Entonces, le dije que le daría el dinero, pero debía prometerme que se quedaría con la medalla y nunca la vendería a nadie, porque se ganó ese oro olímpico”, añadió el británico de origen pakistaníe.
El pugilista aseguró que nunca aceptaría la oferta de su colega porque le ganó en un buen combate. Añadió además que lo importante para él era que el cubano conservara su medalla.
“Estoy muy feliz de que me haya contado la historia porque nunca le dejaría vender esa medalla de oro, y él me prometió que no lo hará ahora. Le envié el dinero y espero que ahora pueda construir la casa de su madre”, dijo.
En los últimos años se han dado a conocer varios casos de deportistas cubanos que venden sus medallas para mejorar su situación económica o la de su familia como son los casos de Alberto Hernández, Miguel Caldés, Juan Luis Marén y Carlos Banteux, reportó Playoff.
