En el Hospital Pediátrico de Centro Habana no hay sutura: duro y crudo. Una periodista relató en redes sociales la experiencia de unos padres desesperados con su hijo menor de 3 años chorreando sangre, tratando de conseguir en qué irse para el Juan Manuel Márquez, porque en Centro Habana no tenían suturas para coserle una grave herida en la mandíbula.
El periodista y profesor Raúl Garcés, quien fuera decano de la Facultad de Comunicación y uno de los panelistas estrella de la Mesa Redonda en sus inicios, se hizo eco de la denuncia, y soltó un ramalazo para los que apuestan por el silencio ante casos como este, con la vieja monserga de “no darle insumos al enemigo”.
Para Garcés, ante problemas como este suelen definirse dos posturas, las de quienes creen “que visibilizar la falta de sutura en un hospital pediátrico es dañino, perverso, contrario al interés nacional (y tonterías similares). De otro, estaremos los que creemos que nada, absolutamente nada, justifica la falta de sutura en un hospital pediátrico”.
El comunicador señaló que en México, Rusia, Brasil, Venezuela, Colombia o cualquier país aliado seguramente habrá alguien dispuesto a donar, vender suturas o a hacerlas llegar por cualquier vía, burlando las medidas de Estados Unidos, que Washington llama “embargo” y La Habana define como “bloqueo”.
“Ojalá no invirtamos más tiempo en el análisis del discurso, que en el análisis de la indolencia”, concluyó Garcés, dando pie a un largo debate, en el que no pocos periodistas del oficialismo admitieron que una situación así era indefendible e injustificable.
En su denuncia inicial, la periodista Betsy Anaya dijo que, como nación, los cubanos no pueden esperar a que llegue el petróleo comprometido por los “informales” proveedores “para atender una herida de un infante, ni de un adulto. Ni una mujer de parto, o alguien infartado”.
En resumen, Anaya confiesa que le queda una “sensación de impotencia, roña, desprotección»
A su vez, la también periodista Rouslyn Navia escribió: “Como madre de dos hijos, acabo de desbloquear un nuevo miedo: que mis hijos lleguen a un hospital y no haya hilo de sutura. Ya no hay antibióticos en las farmacias, ya nos adaptamos que ante una infección seria hay que romper la alcancía y comprarlos a sobreprecio por la izquierda. Ahora también hay que anotar lo de mandar a pedir que nos traigan hilos de sutura para tener en casa y llevarlo al hospital ante una emergencia”.
En su mensaje, Rouslyn compartió capturas de pantalla de anuncios de compra-venta de «kits de cesárea (suturas, anestesias, guantes, apósitos, gasas, sueros, vitamina K)”, porque en los hospitales le piden a las gestantes que traten de conseguir esos insumos.
