Incautación sin precedentes en Guantánamo despierta preguntas
El periodista cubano Miguel Reyes ha solicitado una investigación más profunda sobre el reciente y enorme decomiso de comida en Guantánamo. Según un informe del 6 de julio, las autoridades descubrieron una casa almacén llena de productos alimenticios destinados a la población.
Las enormes cantidades de alimentos encontradas, entre las que se incluyen más de 3148 paquetes de 1 kg de arroz, 1296 de chícharos, 1829 de azúcar, 1000 de spaghetti y 195 latas de sardinas, hacen sospechar que más que un caso de acaparamiento, se trata de un desvío sistemático de comida que podría involucrar a funcionarios de alto nivel.
El Ministerio del Interior ha detenido a tres personas acusadas preliminarmente de especulación y acaparamiento. Sin embargo, el público y Reyes creen que esta red de corrupción es más profunda y exigen transparencia en la investigación.
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde ciudadanos y periodistas, como Reyes, exigen respuestas. Su publicación sobre el caso ha generado más de 800 comentarios, muchos de los cuales exigen el fin de la corrupción y la implicación de personas de alto nivel en el sistema de distribución de alimentos.
Estos eventos ponen de relieve la creciente insatisfacción de la población cubana y la necesidad de luchar contra la corrupción para garantizar la equidad y la justicia social en la distribución de recursos esenciales como la comida.
Sin embargo, el panorama no acontece sólo en Guantánamo.
Similares preguntas pudieran hacerse en este otro caso, ocurrido en la provincia de Villa Clara, donde las autoridades detuvieron un camión que transportaba ilegalmente productos del mar, aparentemente salidos de algún lugar de «procesamiento».
El operativo fue llevado a cabo por las fuerzas del Ministerio del Interior y grupos inspectivos locales. La carga incluía 195 paquetes de filetes de pescado de mar, 90 paquetes de masa de macabi, 35 paquetes de curbino, 200 unidades de pargo entero y 240 unidades de pescado de mar.
El camión no tenía la documentación legal necesaria para transportar estos productos, que fueron entonces decomisados y devueltos a la empresa Pescavilla en Villa Clara para su venta al público.
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