Una mujer en Vertientes, municipio de la provincia de Camagüey, mostró en las redes su «apoyo total a la Revolución cubana» con un muñecón indescriptible, que si no ha despertado más asombro y burla es porque simplemente la foto no se ha compartido lo suficiente.
Su nombre – el de la mujer, no el del muñecón – es Hortencia Valdeolla Álvarez, de quien dice la publicación en Facebook «es una de las muchas mujeres que en Vertientes con la participación en las tareas defienden la Revolución cubana.»
Así califica Daisy Contreras Madrazo, periodista del ICRT – a esta mujer que, vestida con un pullover rojo donde destaca, al centro, la imagen de Fidel Castro Ruz, sostiene en sus manos una banderita, mientras con la otra abraza al muñecón, que parece ser más bien una muñecona, vestida de enfermera, pero ataviada como una cosmonauta. O una buzo.
Hortencia es, dice Contreras Madrazo, «Secretaria del núcleo zonal ubicado en la circunscripción siete de este territorio», desde donde «contribuye al combate contra las ilegalidades e indisciplinas sociales.»
Con las lógicas diferencias de este caso, la imagen nos recuerda otro de los ridículos famosos que el pasado mes de agosto se compartió en las redes, entre los cubanos, con tanto «ímpetu», que hasta el portal BBC le dedicó un artículo y todo.
Nos referimos al premio dado al boxeador avileño Ronnis Álvarez.
No sucedió muy lejos de donde Hortencia, ahora, nos muestra su «apoyo a la Revolución» muñecón mediante.
Ocurrió en la provincia de Ciego de Ávila, y fue probablemente lo más compartido entre los cubanos hace aproximadamente un mes.
Desconocemos si Hortencia quiso opacar o imitar este otro ridículo, pero sin dudas su estrambótico muñecón es de las cosas más absurdas que pueden verse.
Sobre todo, porque ejemplifica la tesis de la necesaria transformación en el periodismo cubano que precisa la isla. Una transformación que exige a gritos educar a los periodistas de la isla para evitar desastres como estos.
Ya sobre el tema, sobre lo qué comparten y lo qué dicen los periodistas cubanos oficialistas, y las fotos que a veces utilizan para «ilustrar» sus artículos, se pudiera escribir hasta un artículo científico, porque rozan con el absurdo. Eso para no hablar de las muchísimas viñetas racistas que «adornan» los diarios oficialistas a cada rato, cada vez que quieren «ilustrar» a coleros y revendedores, donde siempre los muestran según el estereotipo: negro, bembón, y con cadenas al cuello.
Un ejemplo de esto – por si no bastara con esta ida de olla, al hablar de Hortencia Valdeolla – lo vimos recientemente en el diario provincial oficialista cienfueguero 5 de Septiembre, cuando la periodista Tay Beatriz Toscano Jerez nos intentó demostrar en un artículo el “rigor profesional” de la Cámara de Comercio en Cienfuegos, y utilizó una foto en la que se ve a María del Carmen Serra Lliraldi, delegada de la Cámara de Comercio de la República de Cuba en Cienfuegos (CCRC), en una foto que jamás uno hubiese querido ver, o creído que vería: una mujer con los ojos adormecidos, típico de una noche de juerga; casi acostada en una silla. Con una blusa caída sobre su pecho, hombros descubiertos.
