Luego de su jubilación en 2021 poco se ha sabido sobre el conocido presentador de televisión Rafael Serrano. Se conoce que en diversos momentos de su trayectoria profesional el locutor ha ido a visitar a su familia en Miami lo que ha despertado una gran polémica en redes sociales y televisoras de la Florida y ha aguzado el ojo de los paparazis, por la defensa a ultranza que siempre mostró hacia el gobierno cubano y hacia su Comandante en Jefe.
Pero más allá de apariciones puntuales poco o nada se ha sabido sobre la vida de esta figura pública tras su despedida de los noticieros. Hace poco circuló una foto en la que Serrano, con un flamante pantalón rojo y camisa blanca, disfrutaba el día en un bar de La Habana. En la imagen se le ve acompañado de dos muchachas que quizás fueran admiradoras suyas o de su entorno familiar.
Lo cierto es que muy pocos cubanos olvidan a Serrano y a cada rato saltan publicaciones en las redes sociales que preguntan sobre la nueva vida del ex conductor luego de su “salida del aire”.
Por lo pronto esperemos que no esté viviendo de la miseria que le pagan a los jubilados cubanos ya sean profesionales o no, porque de ser así no le alcanzaría ni para el pollo. Y nadie lo ha visto, al menos que se sepa, sudando la gota gorda en la cola para comprar los productos de una canasta meramente simbólica.
El conductor posiblemente tenga sus propios proyectos en solitario (tomando prestado un término de la jerga musical). Ya sea en Cuba o en otro país como decidió hacer Boris Fuentes tras ser despedido del equipo presidencial por publicar ese tema de la limonada que no le gustó para nada a Díaz Canel. Porque además, si fuese cierto que el limón es la base de todo ya ni el limón existe para los simples mortales en la isla. La base de todo en este caso sería entonces, el hambre y la necesidad, aparte de las colas, lógicamente.
Pero volvamos a «nuestro» Serrano (que no es el café porque también es un lujo que solo algunos bendecidos por la divisa pueden darse) y hagamos un poco de historia.
Su figura fue una presencia habitual durante largas décadas en el noticiero de televisión en el que era responsable de leer los más importantes comunicados del gobierno con su voz de circunstancia o dar las noticias de mayor impacto político, ya sea alguna zafra que rompió récord, algún viaje de Fidel al extranjero o la meta cumplida en la recogida de la yuca.
De ahí que se ganó la más profunda confianza de las clases dirigentes que siempre lo convocaban para leer documentos en los actos, aplaudir el talento de un pionerito tras su encendida entonación de “Seremos como el Che” y presentar algún que motivito musical entre frase y frase que mencionará a Fidel y los logros de la revolución. Ya saben.
Pero realmente, muchos cubanos, habituados por años a verlo con su bigote característico, no dejan de extrañarlo en el noticiero, aunque posiblemente Serrano, que no tiene precisamente luces cortas, ya armó nuevos proyectos porque se sabe que de la limonada no vive el hombre. Y mucho menos Serrano.
