Según reportó esta mañana el diario independiente 14ymedio, hoy martes falleció en La Habana el general de división cubano Humberto Omar Francis Pardo, alguien de quien el periodista cubano residente en la ciudad de Miami, Juan Juan Almeida, afirma que fue «un gran hombre»; y una persona «consecuente con lo que creía».
El medio independiente señala que Francis Pardo fue destituido, de la noche a la mañana en el año 2016 como Jefe de la Dirección General de Seguridad Personal (DGSP), por orden expresa del entonces mandatario cubano Raúl Castro Ruz. En su lugar fue escogido, Raúl Guillermo Rodríguez Castro, conocido desde su infancia como «El Cangrejo», quien es nieto de Raúl Castro Ruz; hijo del General Luis Alberto Rodríguez López-Callejas y Vilma Castro Espín, una de las hijas del matrimonio del ex mandatario cubano con la ex presidenta de la FMC, Vilma Espín Guillois.
14ymedio destaca que, en la mañana, en el barrio habanero del Vedado, se encontraban velando al fallecido sus familiares.
El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel emitió rápidamente, y de modo no acostumbrado en él, un tuit, de condolencia por el deceso.
Pero, ¿quién fue en realidad el general Humberto Francis Pardo?
14ymedio reseña que el general Humberto Francis Pardo fue la persona que se desempeñó durante años «al frente de un departamento de relaciones internacionales que coordinaba con otros servicios secretos las visitas a Cuba de personas de interés y personalidades.»
Sin embargo, se desempeñó con mayor responsabilidad como Jefe de la Dirección General de Seguridad Personal (DGSP). Era de los fieles a Fidel Castro y a Juan Almeida Bosque.
Debido a eso, y transcurrido un año de su despido, al gobierno raulista no le quedó más remedio que hacerlo merecedor de la Orden «6 de junio» de Primer Grado, «en reconocimiento a sus más de 55 años de servicios acumulados en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, vinculado a las Direcciones de Operaciones Especiales y Seguridad Personal».
Resulta significativo que Juan Juan Almeida, hijo del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, se refiera a este como «un buen hombre» y «un hombre consecuente con lo que creía»; que se refiera a su hija, como su amiga, y que sin embargo haya sido el propio Francis Pardo la persona que lo expulsó del funeral de su propio padre.
En un video publicado en su perfil de Instagram, tras conocer la noticia, Juan Juan señaló que tras enterarse de la muerte del general de brigada Humberto Francis Pardo sintió una gran pena.
«Me duele. Lo siento, lo siento muchísimo,» dijo.
«Desde aquí, pues, le mando parabienes a su familia, a su hija a quien conozco, y a toda la familia. Francis fue un gran hombre. Humberto Francis fue un tipo consecuente con lo que pensaba,» afirmó.
«Es cierto, fue el general, que cuando murió mi padre fue la persona que tuvo la triste, la desagradable tarea de expulsarme del funeral de mi padre. Fue él quien me expulsó del funeral de mi padre. Pero lo sintió. Cumplía una orden de Raúl Castro, y para mí, de verdad, no es lo mismo que muera Humberto Francis, que muera Raúl Castro. No es lo mismo.»
El afecto de Juan Juan Almeida hacia el general Humberto Francis data desde hace muchísimos años.
«Cuando yo era un niño fue guardia de mi casa,» continuó diciendo Juan Juan, conocido periodista en el exilio de Miami; disidente y activista.
«Después nos dejamos de ver por muchos años y llegó hasta el punto de ser el jefe de toda la Dirección de Seguridad Personal en Cuba. Seguramente algunos miembros de ese grupo, hoy exiliados o retirados, dirán que Francis fue un hijo de p… o no sé qué. Cualquier cosa se puede decir de un general en Cuba; pero yo no comparto eso, la verdad,» detalló Juan Juan desde Miami.
«La verdad, yo sé que a partir de este momento muchos van a despotricar de Francis, pero, el Francis que yo conocí fue un hombre digno; un negro que sí, era fidelista hasta morirse. Pero respetaba la institución y respetaba su uniforme,» explicó.
«¿Mis ideas políticas coincidían con las de él?,» se preguntó Juan Juan y él mismo se respondió:
«Para nada. Para nada. Pero sí lo respeté; y lo respeté muchísimo,» dijo.
Segundos después daba a conocer una anécdota interesante sobre el general Humberto Francis.
«Hay un capítulo de mi libro en el que yo lo recuerdo. En que yo recuerdo se evento de mi vida,» comenzó a recordar Juan Juan.
Estábamos en un interrogatorio y todos esos perros (se refiere a los investigadores) que estaban obligados a perseguirme, a humillarme, a pisotearme; a hacer que yo sintiera el terror que se siente de vivir en Cuba siendo un perseguido político, estaban en su tarea de interrogarme, de enemistarme, de torturarme… y me empecé a sentir mal. Y me dio un bloqueo del ramal izquierdo del corazón.
«Llamaron la ambulancia, pero los interrogadores querían seguir presionándome y el General Francis bajó de su oficina, y les dijo a toda esa gente que me estaba interrogando y que me estaba presionando, que me estaban torturando a mí y a toda mi familia, y les dijo: «A estos muchachos yo los vi nacer. Esos no son unos delincuentes. En este lugar – se refería el general Francis a las instalaciones de seguridad personal -, en este lugar mando yo. Yo soy jefe, a ustedes los mandó Raúl, pero aquí mando yo, y por encima de mí únicamente está Fidel Castro. Así que mientras estos muchachos estén aquí adentro, ustedes no los van a tocar. Y se portó como muchísimos amigos, como muchísimas personas no se portaron.
Así que hoy. Hoy le mando un abrazo gigántísimo a su familia,» dijo Juan Juan ya entre lágrimas, y conmovido con el deceso de un hombre que bien puede decirse que la salvó la vida.
«Sepan que yo siento muchísimo la muerte de Francis,» terminó diciendo.
