Mercedes dice estar segura de que en Cuba no cambiará nada este 2022.
Ella quiere que sí, y afirma que si un cambio ocurre será violento, porque «Biden no va a hacer nada y el 11 de julio lo demostró», pero ella no cree que en la isla ocurran las reformas «partidistas» necesarias para transformar el país.
«Ya ves tú ahí, con eso del Código de las Familias. Nadie fuera podrá votar. ¿Qué país se reconstruye sin tener en cuenta su migración? ¡Somos más de 3 millones fuera! Deberían reconocernos,» afirma con total franqueza.
tal vez quieras leer: Cubanos en el exterior: Para invertir y remesas, no para VOTAR
Mercedes menciona el caso de un cubano, hijo de Luis Aguilar Rivera, quien fue condenado en Cuba a 22 años por su participación en las protestas contra el gobierno del 11 al 13 de julio.
Dice que su padre subió a Youtube «un video que parte el alma», y menciona otros videos.
«Cada uno parte el alma escucharlos. Sobre todos esos donde hablan las madres. Más de 20 años por salir a la calle a protestar es una locura,» dice esta cubana que lleva más de 30 años fuera de Cuba.
Igual opina Aguilar Rivera en el video subido a Youtube:
“Parece increíble que en este país, donde se dice que la gente es lo primero, esté pasando esto. No puede ser,” dice.
El Dr. Oscar Elias Biscet, ex preso de conciencia cubano y ganador de la Medalla Presidencial de la Libertad no cree que sea un problema «de ahora».
En un artículo titulado «63 años de opresión y desgobierno en Cuba», el Dr. Oscar Biscet analiza la Cuba actual desde La Habana, igual que lo hace Mercedes desde Miami.
Bicet afirma que la isla «se está pudriendo por dentro después de décadas de estancamiento económico, subyugación política y desesperación espiritual e intelectual,» y refiere que, desde 1959, millones de cubanos «han huido de Cuba desde la revolución, y muchos miles han muerto tratando de hacer el peligroso viaje a Florida a través de traicioneras aguas infestadas de tiburones, a menudo en endebles balsas rústicas,» tal y como hizo Mercedes un día del mes de junio del año 1991.
«El éxodo de décadas de Cuba no muestra signos de disminuir,» explica Bicet en su texto.
«La Guardia Costera de Estados Unidos interceptó a 838 cubanos en el mar en el año fiscal 2021, un gran aumento con respecto a 2020. Desde octubre, otros 410 cubanos han sido interceptados tratando de hacer el viaje de 90 millas hacia una vida mejor en Estados Unidos.
«Se ven obligados a huir por desesperación, desesperación por dejar atrás un sistema de gobierno que sofoca las oportunidades y reprime el espíritu humano. Y se han impacientado con la idea, perpetuada más recientemente por el líder cubano Miguel Díaz-Canel, de que si esperan, las reformas se llevarán a cabo gradualmente.
Los cubanos conocemos la verdadera naturaleza del comunismo. Lo hemos vivido durante todos estos años. Sabemos que no es capaz de crecer ni de mejorar, de reformarse ni de evolucionar. Es irredimible y no se producirá una reforma real hasta que Cuba se libere de ella. Lo que Cuba necesita no es una reforma del viejo modelo comunista, sino un renacimiento hacia una democracia verdaderamente libre.»
Mercedes, que desconocemos si ha leído o no el artículo de Elías Bicet llegó a igual conclusión el pasado 1ro de enero en una conversación informal.
Su historia de «balsera» de 30 años, que no ha estado desvinculada de su país no es tal vez la «voz» que uno quiera oír. No es la voz de una estudiosa – como lo es el Dr. Oscar Elías Bicet – pero puede ser una voz de pueblo.
«Graba si quieres, cítame, que nunca me han citado,» dice riéndose.
Mercedes, sin embargo, coincide con Oscar Elías Bicet en un punto clave: el gobierno cubano cree que su socialismo es perfectible. Y no es así
Jorge de Armas, periodista y licenciado en Historia del Arte opina que «hay reformistas – y menciona tres de ellos – que creen que sí, que el sistema se puede reformar y mejorar a sí mismo, pero eso es una falacia.»
Mercedes probablemente no sepa qué es una falacia, pero considera que si Cuba no ha cambiado «verdaremente» en 63 años de penurias económicas, ya no lo va a hacer nunca.
«Todo lo que han hecho es ir sacándole presión a la olla. Poco a poco.»
«Han concedido pocas conquistas,» dice y pregunta: «¿cómo me quedó esa frase»
Han transcurrido 63 años. Demasiado tiempo.
«Mucho tiempo para cambiar y no han cambiado ni cambiará nada,» dice sentada al borde de la piscina de su casa, valorada en 1,63 millones de dólares.
Luego de 30 años de romperse el lomo en este Miami, y aún sin tener siquiera un 12 grado, Mercedes – a pesar de la miseria que hay en Cuba – dice haber alcanzado la felicidad.
