La crisis en Cuba envió de regreso a los EE.UU. a una norteamericana que llevaba dos décadas viviendo en la isla
Después de veinte años de residencia en Cuba, una ciudadana estadounidense se ha visto obligada a regresar a los Estados Unidos debido a la agudización de la crisis económica en la isla, reveló en un reportaje Business Insider. La expatriada norteamericana, cuyo testimonio ha resonado en diversas plataformas, compartió las razones detrás de su decisión y las dificultades que enfrentó durante su repatriación.
La mujer, identificada como Conner Gorry y autora del artículo, describió cómo la situación en Cuba se ha deteriorado significativamente en los últimos años, llevándola a tomar la difícil decisión de abandonar su hogar adoptivo. La crisis económica, agravada por sanciones internacionales y políticas internas, ha llevado a una escasez generalizada y un aumento desorbitado en los precios de bienes básicos, dificultando la vida diaria de los residentes.
Durante su estadía en Cuba, la norteamericana se integró profundamente en la cultura local y formó lazos estrechos con la comunidad. Sin embargo, la creciente dificultad para acceder a necesidades básicas como alimentos, medicinas y otros suministros esenciales hizo insostenible su permanencia. Además, mencionó el impacto emocional y social de vivir bajo constantes restricciones y la presión económica.
Su retorno a Estados Unidos no fue sin desafíos. Al regresar, enfrentó un choque cultural inverso, lidiando con las diferencias significativas en estilo de vida, consumo y valores sociales entre Cuba y EE.UU.
La norteamericana encontró particularmente difícil adaptarse a la rapidez y el enfoque en la eficiencia que caracterizan a la vida estadounidense, en contraste con el ritmo más pausado y la calidez humana que experimentó en Cuba.
El testimonio de esta norteamericana «expatriada» ofrece una mirada íntima a las dificultades personales y logísticas de vivir en un país en crisis, las cuales abordan diversos aspectos de la vida.
Moneda devaluada, apagones, falta de agua: de todo como en botica enfrentó esta norteamericana en Cuba
Este panorama se ve agravado por la situación económica actual en Cuba, donde recientemente se ha reportado un fuerte aumento en los precios del dólar y del euro, exacerbando aún más las dificultades económicas para los residentes de la isla. La devaluación de la moneda local frente a divisas extranjeras refleja una inflación descontrolada que impacta directamente en el poder adquisitivo de los cubanos.
Además, la crisis energética ha llevado a extensos apagones que afectan a varias regiones, complicando la vida cotidiana y aumentando el descontento social. Los cortes de electricidad, que pueden durar hasta 12 horas diarias, perturban significativamente las actividades diarias, el comercio, y la educación, limitando severamente las oportunidades económicas y la calidad de vida.
Por otro lado, la situación se agrava con los anuncios de cortes de agua que afectan a varios municipios del país a cada rato «por reparaciones», dejando a las comunidades sin acceso a servicios básicos durante largos períodos, como anunció recientemente Aguas de La Habana.
Esta falta de servicios esenciales no solo es un desafío logístico sino también un grave problema de salud pública, especialmente en un clima tropical donde el acceso al agua potable es crucial para prevenir enfermedades.
Estos problemas son emblemáticos de los desafíos que enfrentan aquellos que eligen vivir en Cuba durante este período turbulento. La decisión de esta ciudadana norteña de regresar a Estados Unidos refleja una tendencia más amplia de búsqueda de estabilidad y seguridad, un testimonio del impacto profundo que la crisis económica y social puede tener en las decisiones personales y en la diáspora.
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