Mientras la crisis económica y social empeora en Cuba, con el agravante de una violencia sin precedentes en la historia reciente de la isla, el empeño del presidente Miguel Díaz-Canel en repetir consignas deja en entredicho su verdadera voluntad de propiciar un cambio.
De hecho, en su reciente reunión con los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular admitió que el país vive “un complejo escenario económico”, pero igual repitió aquello de “cambiar lo que deba ser cambiado, pero sin renunciar a principios”.
¿Principios? Más bien parecen finales…
El repaso de consignas ocurrió durante el VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista, en el que, una vez más, se culpó a los factores externos de los problemas que asolan a la isla, sin admitir responsabilidades propias en problemas cotidianos y quejas de la población.
A casi un mes de que la Organización Mundial de la Salud decretara el fin de la pandemia de Covid-19, el mandatario volvió a culpar a la emergencia sanitaria -desatada hace tres años y controlada hace más de año y medio- de muchos de los problemas internos en Cuba.
Ahí Díaz-Canel reiteró el recrudecimiento del embargo, así como la permanencia de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, en la cual ni siquiera Rusia está incluida. Al menos admitió que el país sufre una crisis demográfica, acentuada por la migración galopante.
“Han provocado (los enemigos) una situación económica social compleja y además de eso tenemos sobre nosotros ya los efectos complejos de la situación demográfica que vive el país: cada vez menos personas que forman parte de la población económicamente activa tienen que sostener más personas económicamente no activas”, dijo Díaz-Canel.
Un reciente informe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) ya advirtió que en apenas dos años Cuba bajará de los 11 millones de habitantes, una cifra emblemática que se ha ido desgastando por la migración y las pocas ganas de procrear que inspira la crisis.
“Por lo tanto estamos llamados a un grupo de medidas que están en el Programa de atención a la Dinámica Demográfica”, dijo el “Diazca”, sin precisar en qué consistiría el susodicho plan, y qué haría para evitar que la gente quiera irse a busque su futuro en otros paises.
Igual, ratificó que todo lo que se haga para mejorar la situación económica de Cuba “tiene que tener un análisis muy riguroso desde el punto de vista de la construcción socialista”. O sea, hay que cambiar lo que deba ser cambiado… menos, aparentemente, a los que llevan las riendas del país…
