Dudoso viaje de equipo de fútbol cubano hasta Volgogrado para jugar con Rusia a cero grados

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Raro, sospechoso, extraño,dudoso….varios calificativos similares podría destapar el largo viaje de más de 10,460 kilómetros que han debido enfrentar los futbolistas cubanos de la Selección Nacional para celebrar un partido amistoso contra la potente escuadra de Rusia.

El «show» se ha montado para este lunes 20 de noviembre a las 7.30 pm (11.30 a.m. en Cuba) en el Volgograd Arena y este viernes darán la bienvenida a la delegación cubana a esa ciudad, a casi 1,000 km de Moscú, lluvia y nieve en el camino al invierno.

Para la noche del juego la temperatura podría oscilar entre -1 y +4 grados Celsius, según meteorólogos locales.

«Rusia, en las condiciones geopolíticas actuales, se ve obligada a jugar sólo partidos amistosos con rivales que no son europeos. Al principio el énfasis estuvo en los equipos asiáticos, luego la atención pasó a África y ahora es el turno de América» escribe Novosti de Volgogrado para justificar la presencia cubana. Pero la amarga realidad es otra, diferente a la óptica de la prensa rusa y de los aliados de Putin, Gobierno cubano incluído. 

En medio del aislamiento que sufre el deporte ruso a causa de la invasión ordenada por Vladimir Putin desde el 24 de febrero de 2022 contra Ucrania, el fútbol de ese país también está afectado por las sanciones de la FIFA y la UEFA y se le hace complicado encontrar rivales

Rusia, número 39 en el ranking varonil de la FIFA, sigue prohibida de participar con sus clubes y sus selecciones nacionales en competiciones internacionales bajo los auspicios de los organismos rectores del balompié.

Se había informado que en Europa estaban dispuestos a permitir que los equipos juveniles participaran en los torneos, pero después de las declaraciones de varios equipos sobre boicotear los partidos con los rusos, los funcionarios revocaron su decisión, y admitieron que la situación había llegado a un callejón sin salida.

Rusia tampoco puede albergar competiciones internacionales. Putin no calculó que su «operación militar especial» contra Ucrania perjudicaría al movimiento deportivo de su país que hoy desconoce si podría competir en los Juegos Olímpicos de París incluso en condición de «atletas neutrales».

Ante la escasez de rivales, encontró a Cuba , en el ranking 169, convertida en la primera selección de América que topará contra Rusia en este periodo de sanciones, aprovechando el calendario internacional de partidos de la FIFA, de clasificación y amistosos.

Aunque no han faltado ironías, críticas y burlas de expertos rusos, varios de ellos ex jugadores profesionales, difundidas en la prensa, sobre el nivel del equipo cubano, que estiman impropio para medirse a la selección rusa, el partido representará el regreso del equipo nacional ruso a Volgogrado después de 21 años, y eso ya asegura un negocio de taquilla diseñado por la Federación de ese país, llámese como se llame el rival.

Un sector importante de la prensa rusa sigue calificando al conjunto cubano el representante de la «Isla de la Libertad» como bautizaron a la nación caribeña desde los años 60.
El estadio que será sede del encuentro el lunes fue construido para el Mundial de 2018, y acogió 4 partidos que involucró a Inglaterra, Túnez, Nigeria, Islandia, Egipto, Arabia Saudita, Japón y Polonia. 

Pero la selección rusa nunca llegó a Volgogrado, al nuevo estadio. La última ocasión que la selección nacional jugó en Volgogrado fue el 16 de octubre de 2002  en el Estadio Central, cuando derrotó a Albania (4-1) en la ronda de clasificación para el Campeonato de Europa de 2004.

Esa reaparición del equipo ruso ha despertado una gran expectación en esa ciudad. Los organizadores aseguran que ya se vendieron más de 28.000 entradas y que esperan lleno completo en un estadio de más de 40.000 asientos.

Horas antes de comenzar el juego habrá un programa con bailes de ritmos cubanos y actuaciones de artistas pop locales junto a sesiones de fotos y autógrafos de las actuales estrellas rusas con los aficionados. 

El entrenador Valery Karpin convocó a 29 jugadores a la plantilla ampliada  entre ellos a  Alexander Golovin, el legionario ruso más exitoso de la actualidad con el Mónaco de la Liga Francesa y que no ha jugado en partidos anteriores de la selección.

Es la primera vez en la historia que Cuba se enfrenta a Rusia con este nombre tras la caída de la URSS. Historiadores de la Isla recuerdan que, a nivel de selecciones, actuó en La Habana el equipo olímpico de la Unión Soviética en diciembre de 1965 con dos victorias.

En el único partido oficial que se conoce entre ambos planteles de mayores, la URSS goleó a Cuba 8-0 en su grupo eliminatorio de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. En un  partido amistoso en Kiev, Ucrania, en 1973  un preseleccionado olímpico ruso  y Cuba  empataron a uno.

El primer acercamiento del fútbol cubano con el soviético parece haber llegado con los primeros misiles nucleares rusos a la Isla. Incluso por estos dias, a propósito del show en Volgogrado, un periódico local revivió una vieja anécdota que aseguraba que los estadounidenses comenzaron a sospechar cuando detectaron a militares rusos en campos deportivos al interior de la Isla jugando al fútbol.

La crisis diplomática explotaría en octubre de 1962. Un año antes, el Dínamo de Tbilisi (hoy en Georgia), sería el primer club de la URSS en actuar en La Habana. Justamente este 17 de noviembre hizo 62 años cuando debutó en el estadio Latinoamericano ante más de 30,000 cubanos. Ganó 8-0 a la selección nacional y dos días después repetiría en el mismo sitio 6-1.

En diciembre, a partir del 15, hará 60 años de que volviera un segundo club, el Dínamo de Kiev, que jugaría dos veces en el estadio de la Universidad de La Habana, una en Camaguey y otra en Santa Clara, siempre con victorias.

Más de seis décadas después, un equipo cubano vuelve a despertar una ilusión mundialista sobre todo en las nuevas generaciones luego de fracasos tras fracasos y promesas incumplidas de los directivos de turno.

 Cuba ha pactado con Rusia un controvertido amistoso en el inicio de su preparación para las eliminatorias del Mundial 2026 luego de una estrepitosa goleada 4-0 propinada por Honduras que la  apeó, con nuevo técnico doméstico incluído, del camino de la Liga de Naciones de Concacaf cuyos cuartos de final ya disputan EE.UU, Trinidad y Tobago, México, Honduras ,Costa Rica, Panamá, Canadá y Jamaica.

«Es muy beneficioso para nosotros enfrentarnos a un rival como Rusia, por supuesto es interesante para nuestros jugadores porque sin duda será una tarea difícil que requerirá un estudio cuidadoso. Nos encontraremos con un fútbol tácticamente diferente al que se juega en la zona de la CONCACAF, y esto es muy útil”, dijo TASS al citar » a un representante anónimo del servicio de prensa de la selección cubana».

«La dirección del fútbol ruso ha definido claramente su posición: es mejor para la selección jugar con al menos alguien que no jugar en absoluto» se dijo en el medio ruso  Legalbet.

El director de desarrollo de la Federación Cubana de Fútbol, ​​José Yulier Herrance, en conversación con el corresponsal de Sport24, dijo que estos partidos no oficiales de la FIFA se han estado conveniando durante al menos seis meses.

«Durante este tiempo buscábamos rivales  y negociábamos no sólo con Rusia. Esperábamos jugar con Guatemala o El Salvador, pero lamentablemente no pudimos llegar a un acuerdo y aceptamos la oferta de Rusia», dijo.

«Jugaremos el 20 de noviembre en Volgogrado, porque hoy nos resulta difícil jugar en Cuba por el problema logístico asociado al estadio. No tenemos las condiciones para albergar a un equipo como la selección rusa, un equipo de talla mundial. Este juego será de gran utilidad para nosotros y puede ser un escaparate para los jugadores jóvenes de la selección cubana”, comentó el directivo.

Las opiniones  sobre lo beneficioso de este encuentro fueron parecidas a las del cuerpo técnico y prensa acompañante para los partidos de preparación con Uruguay y Chile antes de la Copa Oro en Estados Unidos.

Sobran comentarios sobre la debacle ocurrida. Es de suponer que el beneficio más marcado, y no difundido, pudo haber sido el por ciento de ingresos por boletería en los estadios suramericanos, y quizás por otros derechos que se desconocen como también no está confirmado si los jugadores tuvieron alguna recompensa por ello.

El «show» de Volgogrado pudiera también tener el efecto colateral de buenos dividendos. En Sudamérica, en la Copa Oro de EE.UU, en la Liga de Naciones, se ha maltratado la imagen del fútbol cubano , y se teme que también pase en Volgogrado.

«Jugar ése partido en plena temporada invernal resulta absurdo para no decir demencial pues no posibilita modelar en modo alguno el escenario y rivales de competencia a enfrentar», ha afirmado en redes sociales el ex secretario general de la Federación Cubana, Víctor Aragón.

«Disputar un partido con la selección de Rusia es muy significativo y conveniente, lo que resulta lamentable no aprovechar las bondades del clima en Cuba muy beneficiosas para ambas selecciones en esta época del año», comentó oara hacer recordar el «monumento a la ineficiencia» que ha significado la remodelación del estadio Pedro Marrero, considerado la catedral del fúutbol nacional

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