Díaz-Canel se empecina en desacreditar las protestas pacíficas

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Un Díaz-Canel empecinado en continuar trepado en la mula de «Yo tengo la razón» arremetió contra los manifestantes del 11J y contra futuros participantes deel 15N, en lo que se considera una torpeza política más del llamado «puesto a dedo.»

Díaz-Canel calificó como «un acto de subordinación a la hegemonía yanqui» la venidera Marcha por el Cambio y la calificó de supuestamente pacífica.

«Ahora se aparecen con una supuesta marcha pacífica. No es más que una escalada en el modo de actuar contra la revolución y un desafío a las autoridades; es un plan orquestado desde el exterior», afirmó el gobernante.

Sus palabras tuvieron lugar durante la clausura del segundo pleno del Comité Central del Partido, momento en el que insistió en culpar a los EE.UU. de estar detrás del descontento popular, con la intención manifiesta de intentar desestabilizar el sistema político cubano.

El mandatario, si bien citó el el artículo 56 de la Constitución de 2019, que reconoce el derecho de los cubanos a manifestarse, agarró el artículo 4 para revocar los «derechos» del 56, pues según su parecer esta Marcha por el Cambio atenta contra los principios sagrados de la Revolución, y tal y como plantea el artículo 4, «el carácter del socialismo en Cuba es irrevocable».

«No vamos a legitimar el accionar imperialista en la política interna ni dar cauce a los deseos de restauración neocolonial que han acumulado algunos (…). No es un acto de civismo, es un acto de subordinación a la hegemonía yanqui. Tales acciones pretenden regresar al país a un tiempo histórico de subyugación, al cual nunca regresaremos», sentenció.

«No es lícito, por lo tanto, el llamado a la marcha», dijo Díaz-Canel, y calificó la marcha como «una provocación», para mediante un «golpe suave», reinstaurar el capitalismo en Cuba.

Díaz-Canel sobre el 11J: «Nunca fueron manifestaciones pacíficas»

El sábado, durante su discurso en la primera sesión del segundo pleno partidista, Díaz-Canel defendió una vez más la represión el 11J -desatada por las fuerzas del orden fieles a la mal llamada Revolución- y otra vez la calificó como una sucesión de «hechos vandálicos».

«Quisieron montar un show con la pretensión de que en una horas se caía la Revolución con hechos vandálicos», afirmó el mandatario cubano, y añadió:

«La respuesta fue de revolucionarios convocados a enfrentar esos hechos vandálicos que nunca fueron manifestaciones pacíficas».

Luego aseguró que desde entonces el país se ha mantenido en «calma».

Una calma que es aparente, porque dentro de cientos de hogares cubanos existen verdaderas tormentas. Son miles las detenciones documentadas, arbitrarias, desatadas después del 11 de julio contra manifestantes y activistas.

Al menos unos 500 permanecen en prisión. Algunos de los que esperan juicios hasta enfrentarán cargos por «sedición», que conlleva a una petición por parte de la fiscalía de 25 años de cárcel.

Una de las madres de los detenidos escribió un emotivo post el pasado sábado en el que expresó:

 “Se acabó el silencio hasta aquí estuve callada”.

“(…) hasta ahora había estado tranquila esperando a ver qué pasaba, pero yaaaaa, bastaa yaaaaa!” escribió la mujer que, en algún momento presumiblemente entendió que, si no hacía mucho aspavientos sobre la situación de su hijo este podría ser beneficiado con el silencio, pero a todas luces se equivocó.

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