Un excelente trabajo «arqueológico-cinematográfico» por parte del crítico de cine Joel del Río contribuyó a que decenas de internautas desempolvaran los recuerdos con relación a la película que estableció durante varios años el récord de ser la película más taquillera de la historia del cine en Cuba: «La Vida sigue igual«, de Julio Iglesias.
El trabajo de Joel, publicado en la revista Cine Cubano convocó en Facebook los recuerdos de los reconocidos Juan Pin Vilar, Gustavo Arcos, Mario Guerra, entre otros «tembas» cubanos vinculados a las artes visuales y/o a la intelectualidad.
Básicamente lo que hicieron fue recordar sus experiencias con relación a un filme que, hasta la llegada de la película cubana La Bella del Alhambra a los cines cubanos, ostentó el récord de ser el más taquillero en la isla. La cifra de personas que vieron la película La Vida sigue igual con el protagónico del cantante español Julio Iglesias, no ha podido ser cuantificada bien del todo, pero sin dudas pudiera rebasar los 5 millones de cubanos. Fácilmente. Y hablo solo de aquellos que, «en su momento», la vieron en los cines de la isla.
El trabajo publicado por Joel del Río no merece que le robemos ni un párrafo. Recomendamos leerlo íntegramente en la revista Cine Cubano pero, no podemos pasar por alto las declaraciones vertidas en su perfil de Facebook por los internautas que, siendo más niños o menos niños, fueron a ver La Vida Sigue Igual a los cines.
Sus testimonios forman parte de esa esa etapa de una Cuba cultural, vertida a la lectura de libros y asistencia a cines y obras de teatro en todo el país.
Con relación a la experiencia vivida con La Vida Sigue Igual, Gustavo Arcos exclamó:
«(…) fue una película que se mantuvo largo tiempo en cartelera. Yo la ví varias veces, no solo porque me llevaran mis padres sino porque también lo hacían en la escuela primaria donde estudiaba. Había un programa de verano que se llamaba plan vacacional, donde los niños con padres (muy) trabajadores pasaban parte del dia en las escuelas, entonces una y otra vez nos llevaban a ver La vida sigue Igual. Gracias por activar la memoria.»
Gustavo reseñó además como «curioso» que paralelo a la proyección de esas películas extranjeras en cines del país, y que «este tipo de cine inundara nuestras salas,» se diera «al mismo tiempo del quinquenio gris».
Gustavo recordó como existió, en ese periodo gris de nuestra historia post 59, donde se cuestionó hasta la misma esencia del arte, no ya su supeditación ideológica al análisis por parte del proletariado socialista, una especie de «obsesión que tuvieron algunos por aquellos años contra todo lo que se escribiera o hablara en inglés ( la lengua del enemigo)», pero mientras se asumía «de forma tan resuelta todo lo que procedía de España ( géneros musicales como el rock, el pop, o lo que cuentas del cine) esa España del general Francisco Franco.»
Arcos recordó otro éxito de taquilla español visto en los cines cubanos por aquellos tiempos.
«La cera virgen, fue un éxito no solo por sus canciones, sino también por la belleza de Carmen Sevilla y sus imágenes eróticas,» recordó.
Juan Pin Vilar recordó como él y otros jovencitos, se colaban en los cines para ver esas películas para adultos y hasta falsificaban sus carnets de identidad.
Luis Orlando Torres recordó por su parte las enormes colas que se formaron en varios cines de Santa Clara para ver La Vida Sigue Igual, y hasta recordó la anécdota jocosa de un hombre que, apenas salió del cine, ya vista la película, pasó en bicicleta a todo lo largo de la cola conformada por aquellos que iban a entrar a verla, adelantándoles el final.
«Claro, en aquella época no le decía spoiler a aquello, concretamente decían: Ya este comepin…a me jodió la película,» recordó.
Laritza Camacho, por su parte, nos abordó el panorama desde otra perspectiva: cómo la película La Vida Sigue Igual marcó su generación de tal manera que el vestir, peinarse, comportarse y hasta caminar o expresarse como los protagonistas de un filme, fuese parte indisoluble de la vida misma.
«(…) hacerme una cola de caballo perfecta como la chica buena del filme…par de canciones que tarareo,si alguien las pone, ha sido el legado que recogí de aquello y un título que me parece espectacularmente contundente, con mensajes claros y concisos para todos en todos los tiempos,» dijo.
Y añadió:
«La vida sigue igual…sirve como arte y filosofía para aquel que quiere deprimirse en su invalidez o para el que quiera levantarse de su dolor y le dé más crédito al amor que a la traición…Creo que para muchos en Cuba ese hedonismo meloso de La vida sigue igual, dejó color, deseos y esperanza… Gracias a ti Joel por este artículo,» concluyó.
Y sí, gracias a Joel del Río por recordarnos aquel film que marcó toda una generación de mujeres y hombres, jóvenes y niños, en la Cuba de los 70´.
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