Los aficionados, tanto de los Gigantes como de los Piratas, esperan con ansias ver el impacto de Soler y Grandal en el terreno de juego, esperando que su presencia marque una diferencia notable en el desempeño de sus equipos.
Los peloteros cubanos Jorge Soler y Yasmany Grandal marcaron hace apenas unas horas un nuevo capítulo en sus carreras al unirse a los Gigantes de San Francisco y los Piratas de Pittsburgh, respectivamente. Esta movida reafirma la presencia e influencia de los jugadores cubanos en las Grandes Ligas, demostrando su talento y versatilidad en el campo de juego.
Jorge Soler, conocido por su poderoso bate, se une a los Gigantes de San Francisco tras un acuerdo de tres años valorado en 42 millones de dólares. Es decir: unos 14 M dólares por temporada, superior a los 13 millones de dólares que cobraría en su último año de contrato con los Marlins de Miami.
Soler ha demostrado ser una fuerza imparable en la ofensiva en cada equipo que ha formado parte, siendo capaz de cambiar el rumbo de un partido con un solo swing.
No está claro por qué, luego de su excelente temporada el pasado año con los Miami Marlins el equipo de los peces no decidió conservarlo en el roster. Soler, con los peces, conectó 36 jonrones y bateó.250/.341/.512 en la temporada (126 wRC+).
Su unión al Yuli Gurriel propició una excelente dinámica en el equipo de la ciudad de Miami – amén de más tickets vendidos para la temporada – pero lo cierto es que Soler debió buscarse un nuevo equipo de cara a este 2024-2025.
Con su incorporación a los Gigantes, el equipo busca fortalecer su alineación y aumentar su potencial ofensivo, algo crítico en su aspiración por competir en la división Oeste de la Liga Nacional.
Se convertirá así en el primer jugador nacido en Cuba en vestir el uniforme de los Gigantes de San Francisco desde Alex Sánchez (2005)y el cubano número 17 en jugar con los Giants.
La expectativa es alta. Soler es el típico jugador de poder que les ha faltado a los Gigantes en los últimos años, y los aficionados esperan que Soler pueda replicar o incluso superar su desempeño en la temporada anterior con los Marlins, donde fue un jugador clave en los momentos más críticos del equipo.
Los Gigantes no han tenido un jugador con una temporada de 30 jonrones desde Barry Bonds en 2004. De hecho, solo dos, en cada una de las últimas dos temporadas, Joc Pederson en el 2022 y Wilmer Flores, el pasado año, pudieron conectar más de 20 jonrones por los Gigantes.
Por otro lado, Yasmany Grandal, un receptor conocido por su habilidad defensiva y su aporte con el bate, toma un nuevo rumbo al unirse a los Piratas de Pittsburgh, donde solo faltará otro cubano para completar la mesa de dominó. Allí están sus compatriotas Aroldis Chapman y Johan Oviedo, dos ases del pitcheo de los que se espera mucho para esta temporada que ya toca a las puertas.
El receptor de 35 años de edad es, según el sitio oficial de la Major League Baseball (MLB) uno de los mejores durante las primeras 10 temporadas de su carrera.
Aunque AP no detalla los términos específicos de su acuerdo en la información disponible, es claro que los Piratas buscan en Grandal una combinación de experiencia y liderazgo para guiar a su joven plantilla. Y de poder.
Según los datos consultados, Grandal tuvo un OPS de .807 con 172 jonrones en el plato durante las temporadas desde 2012 hasta 2021, en las cuales también registró 74 carreras defensivas salvadas detrás del plato.
Estos números lo sitúan justo por detrás de Buster Posey y los puertorriqueños Yadier Molina y Roberto Pérez entre todos los receptores de MLB. ¿Notable, no?
Su capacidad para manejar lanzadores y contribuir en momentos clave del juego será invaluable para un equipo en proceso de reconstrucción y búsqueda de identidad competitiva.
Grandal ya ha formado parte de varios equipos de Grandes Ligas también, como Soler, y en todos ha destacado por su poderío y por ser un jugador oportuno al bate.
La llegada de Soler a los Gigantes y Grandal a los Piratas se presenta como de oro para sus respectivos equipos, y también para la comunidad de peloteros cubanos en las Grandes Ligas.
Ambos han demostrado su talento en las Grandes Ligas, y la temporada venidera será un escenario clave para ambos jugadores. Grandal y Soler tendrán la oportunidad de demostrar que su llegada a estos equipos no solo fortalece su alineación, sino que también puede ser el impulso que necesitan para alcanzar sus objetivos de cara a lograr llegar, al menos, al play off final.
